viernes, 29 de diciembre de 2017

¡Qué!

El pleito entre un cerebro y un papel y un ser
que se des-encastra como un tetris a la inversa
perdiendo piezas para formarse,
es, en esta tarde, el escenario ideal para
sortear fantasmas e invocar a la muerte
más exquisita en una gota de sudor,
a la sonrisa más auténtica en una arruga
al final del párpado,
a la belleza más arrogante en un reflejo en movimiento,
a la perdición imbécil de un poema
que no se ha dicho ni pensado nunca.
Y así
como una frase que decora la puerta de un baño sucio,
aparece la consciencia, desnuda el alma
y la somete a las letras.
¡Qué disrupción tan elevada!
¡Qué tormenta tan pecaminosa!
¡Qué grito tan tenebroso!
¡Qué melancolía tan vívida!
¡Qué misterio tan en carne viva!
¡Qué juego tan laberíntico!
¡Qué doble filo tan fugaz, en todos los latidos,
en cada uno de los coágulos de sangre!
escrito en Mar./2017 aprox.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Sinestesiados


Sin cuerpo y sin restos tangibles
pero electrizándolo todo con ráfagas de luces
así te veo en la noche
cuando cierro los ojos y te hacés música.
escrito en Mar./2017 aprox.

martes, 19 de diciembre de 2017

Como a todo

Nos vi incluidos, hermanados
como el jazz y el blues,
aturdidos, acabados
con pestes entre las manos.
Nos vi enteros, y fragmentados
felices y desolados
cautivos y liberados.
Nos vi desde cada ángulo,
encontrados.

Nos vi como a todo, contrariados.

Nuestras miradas inventaron los paisajes,
nuestros pies nos contaron el verano,
oí a tu lengua, besé tus párpados
y supuse la condición de irrepetibles
cada vez que nos eternizamos.
Cambiando el cielo, nos cambian los halos.
Soy tuya porque soy de todo,
de la lluvia, del río, de la sed, del caos.
Soy tuya porque elijo encomendarme
a crecerte en cada lado,
a envolverte con mis ramas
para que te conviertas en pájaro.

Nos vi como a todo, completados
por la corriente, por el vaivén,
por el espiral enredado
del amor que no sofoca ni hiere,
solo admira lo que es diferente,
del amor que no muere,
solo amanece y florece.

Nos vi altísimos, sin sombras
sin piernas ni brazos, solo labios.
Nos vi como a todo, cambiantes
y sin embargo, tan exactos.
escrito el 02/Dic./2017

lunes, 18 de diciembre de 2017

Eléctrico

Despertar en el dipolo insensato
o frente a dos paredes infinitas
con cargas distribuidas, de los signos que quieras,
llevando tal densidad volumétrica,

inmersa en campos que si son o no
uniformes, me marean igual
y me tiran con fuerza, es
como configurar los ángulos esos

que indican que perpendiculares
no somos
y que hay un coseno
por el cual multiplicar esta desidia.

En el caso de que seas
una carga de prueba,
no significa que seas una carga
para la gente que no entiende de protones.

De todos modos,
en la uniformidad o no, sólo sé
que ante esta cerrada superficie
que encierra tu electrización

lo único que distingo,
y que influye en los alrededores,
son las líneas de fuerza infinitas,
esas que salen radialmente,
hacia todos los puntos por igual

desde tu sonrisa.
escrito en Jun./2012 aprox.

sábado, 16 de diciembre de 2017

¿Estará mal?

El día que renuncié a mi trabajo supuse que la rutina estaba hecha para romperla, entonces procedí a deponer mi cansancio en una locación de alternativas suficientemente esperadas como para sumar escalonadamente a la sensación esa casi imposible de definir, que muchos llaman felicidad.
Bien, supongamos que se llama felicidad (y así la quiero llamar). ¿Estará mal?, me pregunté.
El día que renuncié a mi trabajo sabía que estaba haciendo algo que muchos no harían; que por el futuro, que por la situación económica, que por el "qué pasará", que por el... Cajita de proyecciones, eso es siempre lo que tenemos más a mano, ¿y el ahora?... Entonces, la cajita de proyecciones también se rompió y se convirtió en el "ahora", en el "basta por hoy", en el "hasta acá llegamos". Ahora, bueno, ahora vivamos del ahora hasta donde podamos.
El día que renuncié a mi trabajo supe que ese trabajo nunca me había gustado, pero me había servido, que nunca me había sentido tan cansada, pero que ahora podía retomar algo de lo que había dejado sin tocar el abismo estresante. Fue así que vine a refugiarme, sí señores, y olvidarme del cumplir el horario donde debiera convertirme automáticamente en maquinita que no piensa, sino que sigue un procedimiento tantas veces absurdo.
El día que renuncié a mi trabajo me pregunté, dejar de ser maquinita que no piensa, ¿estará mal?.
Un zumbido de preocupación siempre hay, ojo, pero hay también alguien que disfruta de la música o de un partido de truco o de una tarde sentada en el pasto o cualquier cosa chiquita-cotidiana-simple. Eso es lo que no quise perder, renuncié a mi trabajo porque no lo quise perder.
Y porque la lejanía cuando se necesita un abrazo es todo un tema que la maquinita que no piensa no tenía más ganas de soportar. El día que renuncié a mi trabajo estaba segura de que hay muchas cosas mejores, que vendrán solas y casi sin buscarlas, y mientras tanto, será el proceso continuo que lleva a la felicidad, a soñar, a poner un disco de Miles Davis y poder escucharlo entero porque hay tiempo y no se anda corriendo.
El día que renuncié a mi trabajo me pregunté ¿estará mal querer disfrutar más y correr menos, estará mal pensar menos en el futuro y más en el ahora, estará mal escaparse un rato, por tiempo indeterminado, para socorrerse de la rutina infeliz o de la inconsistencia de los principios, estará mal salir de esa cueva y respirar un poco?
Yo creo que está bien, muy bien.
escrito en Jul./2013 aprox.

viernes, 8 de diciembre de 2017

En los pensamientos nadar

Varias veces he tenido pensamientos de colores
colores, sí, colores olores colores
verdes y azulados y amarillentos.
En cada pensamiento, un miedo, una flor y un tobogán
para deslizarme,
cientos de soldados batallando
y un sin fin de circos.

Los pensamientos pueden ser
de agua de arena de cielo de miel
en cualquiera de ellos se puede aún nadar
recorrer
y salir, o no salir si no se quiere.
Varias veces he tenido pensamientos
cada uno de ellos con pastos selvas mareas
larvas y pequeños
saltamontes.
Y no es que no hayas estado en algunos
de mis pensamientos
sino que te he transformado
en sapos, cuchillos o águilas
o cosas por el estilo.

Muchas veces he tenido pensamientos
en vano
solamente para nadar un rato en ellos
y sonreír.
Sin ilusionarme, sin creer,
sólo pensar sentir oler crear volar pensar nuevamente,
y correr.
No llorar, correr.
No golpear, correr.
Y he traído de mis pensamientos
los mejores instantes
de luciérnagas bosques y ensueños
pisadas y nubes blancas, no grises.
Y en esos pensamientos me he zambullido
como mil peces
he traspasado
las sombras, los fuelles, los puentes.
he vislumbrado
más colores, desconocidos, más.
Y más.

Colores que no existen
o que se mezclan.
Y he vuelto a nadar en un mar de sonrisas leves
y ojos bien abiertos
y mejillas bien redondas
y manos entrelazadas
que se aparecen en mis pensamientos
como burbujas de agua en ebullición.
escrito en Jun./2011 aprox.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Un noche de blues

Charli es el mendigo
Sonriente de la nada
Pesca el sol con la mano
Y escribe sonetos a las hormigas. 
Charli frecuenta el pasado
Embiste el mundo 
Pero no huele el fermento
De sus olvidados amores.
Charli marca el ritmo 
Con el pie izquierdo
Toma la guitarra en su cubículo,
Cabina invisible de peatonal.
Arremete con un vaivén 
Que suena a delta blues
Y después saluda con su sombrero 
Donde caerán las monedas.
Charli no sabe tejer el miedo
Ni rechinar los dientes,
Solo pretende
no pretender nada
Y perderse enseguida
En un humeante paseo
De esos que el sonido realiza
Ante el sempiterno e inconsolable ahora.
escrito el 29/Nov./2017

jueves, 23 de noviembre de 2017

Tarde


La esquina que nunca deja de doblarse
ese círculo eterno y éter,
es la bocanada impuntual de los que no se acostumbran
a llegar siempre tarde
a la experiencia del amor.
escrito en Ene./2017 aprox.

martes, 21 de noviembre de 2017

Sunday morning

Mates matinales, mata-ojos-lagañosos
y vuelvo siempre a la musiquita (la salvadora)
en el domingo donde me contento
porque es una realidad que el cielo se ve bien lindo
en mi Villa Ocampo
y la gente que adora mirar el cielo
es la misma que un domingo
toma mates matinales
como si fueran su único tesoro.
escrito en Mar./2017 aprox.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Perdurar


lo efímero me preguntó mi nombre
le contesté que no lo sé
lo efímero me presentó el cielo como una ensalada de perversiones
lo entibié aún vencida
lo efímero me dijo que no tengo edad
entonces sonreí
escrito en Oct./2017

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Loviu no puedo hacer otra cosa

Caminante como cualquiera, urbana
limpia el polvo de las botas
y se sube a un nueve vacío.
Puede ser cualquier día de la semana,
eso es lo de menos;
ella jamás absorbe la incoherencia del calendario.
Pero sí responde a los mecanismos,
y a veces se sorprende todavía
rompiendo reglas que encuentra.
Te ve, en ese punto
que atraviesa su mirada,
tiene una epifanía donde dormís a su lado,
o la amás, o le decís abrázame inocentemente así,
elige, porque puede.
Te ve, en ese punto
y la imagen se vuelve ya parte de ella,
deja de ser una pantalla,
viaja, adora la teletransportación.
Está con vos, te ve cruzar una vereda,
te ve caminar por un bosquecito,
te ve observar el césped,
una vaquita de San Antonio,
un arroyo que calma,
una calma que huele cuando se acerca a vos
y vos sólo sentís una brisa
y no sabes bien de dónde viene,
está con vos, te ve prender un cigarro
y tirarte en el sol
y te susurra los pensamientos que crees que son propios
de tu incansable mente,
pero esta vez es ella, y en un momento
se da cuenta que debe bajar del nueve pronto,
que faltan apenas unas pocas cuadras.
Se despide de vos con un beso
que llega a Córdoba en forma de canto de pájaro,
y cuando pone el pie en el escalón para descender,
se acuerda de repente de la existencia de una pared,
y te escribe en un segundo lo que desea que recuerdes siempre.

Ella no puede hacer otra cosa.

Caminante como cualquiera, termina de bajar
y respira el aire que dejó sin devorar el movimiento del colectivo,
se ríe mientras las botas se le llenan de polvo
y te ama tanto que no puede despertarse sin amar.
escrito en Sep./2017

lunes, 13 de noviembre de 2017

El límite ese

En vista de que el verdulero rebajó los precios, el libro que estoy leyendo tiene un personaje con un nombre que me perturba, la birome se entrecorta y eso me obliga a remarcar cada palabra porque si hay manía que no me falta es la de que las palabras no se entrecorten por la chiflada birome gastada... En vista de que mis entrañas se retuercen, de que no soy un autómata determinístico, simplemente soy no-autómata, no-afanosa, no-previsible. En vista de que la fascinación es incompleta, las verdades separan las estructuras, en vista de que sigo puteando a la birome cuya tinta se entrecorta, y que el sonido de la pc es cada vez más misterioso.
En vista de todo eso, puedo llegar a deducir que las cosas serían un poco menos difíciles si fuese piedra-papel-tijera al mismo tiempo, enajenando todo juego perverso, invadiéndome de mí hacia mí, llegando al polo negativo donde converge todo lo positivo que no encontré en muchos.
Podría deducir también que no hay refutación a dicha deducción, que la muerte lenta de la espuma del café no se asemeja a esta muerte lenta del mirar pasar el tiempo, buscando eso que perdimos, eso que no ganamos por haber sido autómatas finitos, y de sí haber sido afanosos, previsibles y mezcla de tv, luz artificial y carpetas.
Podría deducir que me importa poco, y realmente nada, que alguien entienda estas palabras entrecortadas, porque no las puedo no-mezclar; no son autómatas y no se arrepienten de no ser verdulero-entraña-birome-estructura-sonido. Son, sino, sólo eso: palabras…acercadas al límite entre lo que ésta yo quiere decir y de lo que ésta otra yo está completamente negada a expresar.

escrito en Ago./2012 aprox.

martes, 7 de noviembre de 2017

La especie

   Adentrados en esta lluvia
   haría filtrar la voz de Etta James
   para que no hiera de blues
   y así, en medio de la negrura,
   el fuego explote al vernos
   y se amarguen las madrugadas ásperas.

Todo es un rock en mis dientes.
Las muelas me fastidian los anhelos;
hoy regreso a octubre en un columpio
voy y vuelvo de verso y reverso,
te absuelvo, te dibujo con polígonos.

   El fuego se inundaría al vernos.
   Tanto aguacero, y, sin embargo,
   lloraríamos lava.

Mi sexo es un carruaje que te transporta.
Tu sexo es la sinfonía de la naturaleza.

   Nos subiríamos a la nube inmediata apenas,
   y dentro mío se fugarían tus fractales.
   Granizo o magma, no sabríamos
   cuál de los dos colapsaría primero.
   En tu piel desnuda, Etta James
   exorcizaría sus graves.

Estoy entera pero residual,
extraño no extrañarte en el puente,
no alabo lo fácil ni maldigo lo difícil.
Soy una mueca de lo que seré mañana.
escrito en Oct./2017 aprox.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Mediodía en los pies

El sol me duele como si los rayos en mi cabeza
incitaran una migraña ácida llena de calor
y las diez cuadras esas en pleno asfalto
serruchan las respiraciones.
Es mediodía,
y hace mucho no escribo poesía,
hace mucho que no soy ni la P de poesía
y sin embargo hoy,
hoy...
El sol me duele tanto que
dibuja rayones inmensos en los poros, sacude el sudor
y lo exprime y, mientras tanto
en mi remera mojada se asienta la respiración cansada,
en mis oídos canta la voz llena de whisky fuerte
de un Tom Waits que tapa el sonido de coches y bocinas,
en mis manos cuelgan los dedos
marcando los tiempos que escucho
y en mis pies llega desfasado el hambriento caminar,
el mismo hambriento caminar de todos los días.
escrito el 12/Nov./2015

miércoles, 1 de noviembre de 2017

El sentido del hueco

Sacar desde adentro la ambigüedad del día
Es mi meta mientras me duela el dolor paralelo,
Ese que no tiene nombre ni edad, sólo tiene movimiento.
En otras cavernas habré pintado dibujos alegres
Animales gigantes
Bestias insólitas y tiernas por dentro.
En otras cavernas me habré perdido en la naturaleza primigenia.
Pero en ésta no he acabado ninguna forma.
Se me perdieron los grafitos,
Se mezclaron los colores.
Olvidé pausar el viento,
Y hoy me trajo hasta acá
Mientras yo no ofrecía resistencia alguna.
Algo olvidé en el transcurso y ahora
Mi cabeza pesa como un lastre.
Cada día un nervio nuevo se contagia.
Y cierro los ojos y la oscuridad llena de arañitas
Me disuelve en la nada donde no me queda cuerpo.
Quisiera vivir ahí, en la noche perpetua,
Caminar descalza sin pies y sin tacto,
Perder el delirio en el pozo de los egos.
O tal vez abrazar las cosas que no existen.
No me voy a conformar con esperar.
Irme es la mejor melodía.
Mis pasos son acústicos
Vibran y cantan.
No me voy a conformar con esperar.
Al volver ya no estaré yo;
Seré eternamente otra.
escrito en Oct./2017 aprox.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Vomitarse

Tarea para el hogar:
Autoinducirse. Provocarse.
Meter dos dedos en la boca de la inconsciencia para vomitar.
Vomitar hasta que no haya nada y se expulse bilis.
Hasta que una saliva amarillenta marque el fin.
Listo.

Para la próxima clase:
Traer un puñado de poesía post exorcismo. No está permitido morir en el intento.

escrito el 21/Oct./2017

jueves, 19 de octubre de 2017

Indecible

En complot con el fuego, me llamás
y me escribís en un sueño,
desde el cual surgen duendes raros
que no conocen la belleza y aceptan
mis manos huecas para enseñarles a jugar.

En ese sueño de visiones de arcoiris y bufones,
de búsquedas y encuentros, me llamás
y me escribís para celebrar lo desconocido
y lo que no nos podemos decir con palabras.

En complot con el fuego, nace un poema
que genera en mi cuerpo el alma
de toda combustión.
escrito en May./2017 aprox.

jueves, 12 de octubre de 2017

Mientras uno sopla

El candado se destraba con el despertar inevitable
que emerge desde un punto luminoso en el centro del pecho.
De ahí al caos hay un solo y estrecho paso.
Las puertas se abren con el deseo inexorable
que se genera en la palma de la mano ansiosa
y que se desarrolla y crece en cada segundo
como una burbuja de jabón mientras uno sopla.
Si esto tuviera nombre se llamaría desvelo,
si esto tuviera definición, sería la misma que la de la pólvora.
Si esto tuviera sentido alguno, no estaríamos acá,
tan sucios, increíbles, enfermos y curiosos,
no se nos acalambraría la mente tratando de observar el todo
desde una perspectiva lejana y continua y expansiva,
ajena a nosotros, tan nosotros como externa.
Si esto tuviera un camino estipulado sería una farsa.
Pues el mundo, oigan, es eso que pica por todo el cuerpo y nos involucra,
es llenarse el culo de preguntas y mezclar las respuestas adrede
para nunca saber nada.
Si esto tuviera comienzo y fin,
nunca existiría el eterno ahora.
escrito en Abr./2017 aprox.

viernes, 29 de septiembre de 2017

El ciclo

Los ciclos:
Una flor puede ser símbolo de la muerte. El peregrinaje del tiempo que caduca, la vejez en su marchitar, la finitud explícita y amarronada, la sequía y el perecer.

Una flor puede ser símbolo del nacimiento. El peregrinaje de la belleza atemporal. El néctar que es libado por los insectos, la forma vaginal y la frescura y la humedad de su centro, acogedor sexo expulsando creación.

Aquí es donde nos paramos en el punto donde se cierra y se une lo aparentemente opuesto; la muerte y el nacimiento son dos aristas del mismo espejo. Para dar nacimiento, la semilla debe ser la muerte. Nada nace ni se crea desde la inmortalidad. La destrucción o la expiración atesora lo más sagrado de nuestra naturaleza: la mecha que enciende la creación y el surgimiento de lo nuevo, lo desconocido y lo iniciador. La flor es la misma y los dos matices son reales porque son uno solo y esto se recrea en cualquier situación, contexto, en cualquier forma de vida. Es más, si hay vida hay muerte, entonces si hay vida, hay creación constante.
Parece bastante obvio pero no lo es. Si supiéramos de manera profunda y sensata que cada muerte es un renacer, la búsqueda de lo creativo sería el norte en momentos donde sólo aparece manifiesto el desconcierto.
Ya que crear es un proceso que incluye el romper, el matar, no es raro que el ciclo se cumpla de manera espiralada, iterativa. Sin embargo, romper para crear parece más natural cuando está bajo nuestro control que cuando no lo está. ¿Eso se debe a la inconsciencia del ser parte del todo? Así como nosotros podemos deshacer o destruir cosas para hacerlas renacer en otras, así también el todo puede deshacernos o destruirnos para que renazcamos en él y lo enaltezcamos. Pero como el lenguaje de este proceso está en un nivel más alto y fuera de nuestro control, nos parece cruel. Cuánto cambiaría nuestra percepción si asimiláramos esto de manera sencilla y natural, sabiendo que no hay manera de que exista la muerte absoluta ni la destrucción absoluta. Sino que lo único absoluto es la transformación y que de ella bebemos para existir. Sin ella no existimos. Y que no esté siempre bajo nuestro control es una de las mejores cosas que nos pueden pasar. La experiencia está a un milímetro nuestro, solo debemos tomarla y vivirla.
La transformación es la energía que fluye y restaura cada elemento atómico. La transformación equilibra. Irónicamente, nosotros como personas vivimos las transformaciones como tambaleos en nuestra existencia. Nos cuesta mucho salir de lo conocido, del círculo de confort, y entonces renacer es un camino que no todos eligen (al menos conscientemente). Allí es donde la muerte toma forma y se vuelve más poderosa: se traduce en miedo. Se enraíza y envejece. Allí es cuando vemos la flor en una sola faceta, su fallecimiento sepia.

Para dar nacimiento, la semilla debe ser la muerte (de algo). Nada nace ni se crea desde la inmortalidad. No obstante, el ciclo es transformación y es un ciclo infinito. Si no nos amoldamos a una definición de inmortalidad estricta, podemos descubrir entonces que morir y renacer, es decir, transformar, es la manera más sublime y tangible que poseemos para ser inmortales.

escrito en Sept./2017

domingo, 10 de septiembre de 2017

El sueño de los hombres (mediocres) y los pájaros enfermos (que es lo mismo)

Sentía que volaba.
El frenesí se apoderó de su bicicleta y ella la montaba en un vaivén de emociones. Llevaba una remera holgada, jeans azules y zapatillas Convers, el viento le atravesaba la cara y sus piernas parecían poseídas por un extraño baile volátil e inalcanzable.
Los autos a sus costados, a sus espaldas, por todos lados, no la ponían nerviosa. Sin embargo, no pasaban desapercibidos ante sus sentidos. En respuesta, ella lanzaba grandes risotadas sobre ellos y les cantaba a los gritos canciones desconocidas, sobre todo, cuando circulaba velozmente entre los delgados pasillos de los embotellamientos y sentía en su poder todo el universo encastrado entre las cadenas oxidadas de la bici. Pitaban los guardias del tránsito, sonaban alarmas por doquier, y las bocinas no se quedaban atrás. Ella, empero, solo sentía que volaba.
La avenida Laprida estaba a escasas cuadras hacia la dirección a la cual ella se dirigía y dos lapachos se levantaban a su derecha, donde un perro caminaba lento oliendo alrededor para encontrar un espacio propicio donde satisfacer sus urgencias. Ella observaba todo como un paisaje hermoso y ajeno, y la alegría inmensa y el alboroto de sus células la hicieron levantar sus caderas del asiento y forzar más a las piernas a girar en torno a los círculos que dibujaban sus pies y los pedales. Eso aceleró vertiginosamente la ya fuerte velocidad, lo que en conjunto con su placidez, ocasionó que abriera los brazos como un Cristo y se sumergiera con toda la profundidad de su respiración a la liviandad que le estaba siendo otorgada, así, tan fácilmente, tal libremente. Tan enorme.
Tomó nuevamente las riendas del vehículo con las manos en el manubrio y a los pocos minutos, cuando estaba a punto de cruzar la avenida, un colectivo rojo, incrustado de cartelitos y pegatinas y gente (estrenando sistema Sube y no estrenando su sistema de frenos), irrumpió en la esquina con el porte y la vehemencia características de tamaña máquina que transita todo el día, hora tras hora. Ella alcanzó a sentir el impacto en su pierna izquierda y el impulso que apresuró diez veces más su velocidad hacia el cielo. No alcanzó a pensar en sangre o en muerte o en dolor; su sensación de ligereza se acentuó, entonces no encontró motivo para pensar en una ruptura colosal y triste, ya que su vuelo estaba adquiriendo al fin la cúspide de altura, pureza y rapidez.
Se echó a reír en medio del aire antes de sospechar cualquier golpe. Se reía, porque sentía que volaba.
escrito el 07/Sep./2017

jueves, 7 de septiembre de 2017

es que no crecí

es que no crecí, y no quiero
leo mi Dailan Kifki como cuando tenía 7
es que no quiero una vejez
sino una juventud sabia hasta la muerte
es que no crecí
aunque mi otro yo me quiera hacer creer que sí
aunque mi otro yo se amolde a lo que se supone debo hacer
aunque mi otro yo me afirme que soy una mujer adulta
no tengo ganas de creerle

es que no crecí
aún me tiro a escuchar a mi abuela en su cama
como antes
aún me río con el Chavo del 8
aún me comporto en situaciones como cuando me tocaba contar en las escondidas:
siempre escapaba con el cuento de que mamá llamaba a cenar
aún me comporto en situaciones como cuando me ponía a mirar películas de animales:
siempre terminaba llorando a escondidas
aún...

es que no crecí, y no quiero
no quiero porque no deseo que me dejen de gustar las enciclopedias llenas de quásares y galaxias
no quiero porque no deseo que me dejen de interesar los fósiles y los crucigramas
no quiero porque no deseo que desaparezca la historia de mis rayuelas
no quiero perder la sensación que me aparecía en las noches de pequeña
donde sentía raro el mundo, donde percibía el todo,
donde tenía miedo
un miedo introspectivo y feroz
una timidez inmensa
una mente solitaria
un rincón con barbies regaladas y jamás usadas
una mesa de naipes con mi abuelo enfrente
un silencio
sepulcral
en el patio
mientras la lluvia me bañaba y yo bailaba feliz imaginando historias

esas mismas historias que hoy imagino
cuando algo me hace sentir chiquita
cuando una mano se posa en mi mejilla
cuando un espejo me dibuja despeinada
y cuando mi otro yo no me anda hinchando
con esa mentira de que crecí
escrito el 07/Sep./2016

lunes, 4 de septiembre de 2017

Nos pican

Acontecieron los mundos
cortaron las calles
vaciaron los basurales
devastaron los mares

encontraron el vicio
en el punto efímero
de un dios hecho llama

sacudieron lo macabro
con voz de emperadores muertos
sedujeron a la humanidad
con realidades opuestas

molieron las semillas
del nacimiento
en un pozo lleno de magma.

El comienzo o el fin del mundo es lo mismo.
Transcurrimos y nos pican
las escamas al rozarnos.

Vos pez
yo pez
ellos canallas pescadores
eructando los tabúes.

Vos agua
yo agua
ellos represas y contaminación
vomitando arbitrariedades.

Vos y yo mundo
arena infinita y constelación
la muerte inexacta
la muerte dulce
la muerte sin muerte
el desapego hacia las cosas de este plano.
Vos y yo todos los planos
invitación al nado
levitación promiscua y célebre
canciones y palabras...

Adoro acudir a cada método que nos reúna
en la decadente destrucción.
escrito el 14/Ago./2017

sábado, 19 de agosto de 2017

La extrañeza

¿El ruido de la moto destruye el silencio?
¿O es la posibilidad de mi percepción la que me hace oír más fuerte el ruido antes que la nada?
¿Cuál es la posibilidad menos posible que quiero transitar ahora?
Leo que Spinetta dijo que cada nota es una esperanza mientras que el silencio no tiene más esperanza que la de ser una nota.
Pienso largamente en ello.
¿Quién soy cuando acude a mí el silencio?
Buena pregunta Julieta.
A veces creo que puedo ser un fantasma de esos que pasan desapercibidos
cuando en el plano del silencio, la muerte toma forma de ruido.
Pero el silencio generalmente es la muerte de algo
(de un acorde de guitarra,
de un portazo,
de un accidente de tránsito,
de un suspiro, etcétera).
Entonces nada me queda claro.
Podría contar que cuando estoy inmersa en mi silencio,
me asaltan las lejanas vacilaciones
donde siento ajenas mi piel y las cosas del mundo,
surge de repente la extrañeza,
o bien la introspección me lleva a recrearme sin cesar
en mil situaciones y personajes que no soy o tal vez sí
pero ahora no.
Podría contar que hay una zona entre la garganta y el pecho
que se lastima cuando el cerebro trabaja de más,
o que escucho diversas voces que hablan de lo que no,
de lo que nada, de lo que casi, de lo que pero.
Y así el silencio me baña de excusas.
Hoy puede ser distinto, me convenzo
pero él crea sus propios símbolos
y quizás también, sus propios tiempos.
Por ejemplo, en este momento estoy hablando en slow,
como si me hubieran ralentizado el alma.
Puede que de eso se trate,
que el silencio sea la pausa de la velocidad
en la meditación del mundo.
Nunca sé si podría encontrar el silencio absoluto.
Todo en el universo vibra con ondas sonoras
y dentro del rango que percibe el oído humano,
creo no poder hallar la ausencia total del sonido.
Tal vez ese sea mi problema.
Tal vez se estén escapando las palabras que dice el silencio
ante tanto barullo.
Tal vez esto que digo es el silencio cansado,
o la esperanza de ser algo más que una nota,
o la esperanza, así, lisa y llana, de no ser vacío.
escrito el 17/Ago./2017

jueves, 17 de agosto de 2017

Ningún camino conocido

perder
girar
no absorber la dolencia
saber que duele
girar
encerrar
no ver el sol
vomitar  rodear  pedir
necesitar
obedecer
parar   continuar
ganar
morir en la fila de un banco o haciendo trámites
morir mientras una pareja posa frente a un auto nuevo
diciendo bienvenido bebé al brillante vehículo
volver a vomitar
sonreír
vencer
soltar
atraer
olvi dar
poder   sacar   involucrar
caer
caer
pisar
lo que atascaron en la tráquea
lo que se olvidaron de llevar
la angustia
esa ameba a la que tanto le gusta vivir en el tórax
roer  morder  cagar
lo que impusieron
alabar
lo que frenaron
aquello que insultaron
aquello que violaron
sin sed  sin amor  sin búsqueda real
morir de nuevo   aguantar
rezar a un elefante de porcelana que tiene un sahumerio en su lomo
balancear  equilibrar  pulir
pelear
porque
hicieron moco lo nuevo
(la sabiduría es lo único que quiero encontrar)
escupieron todo lo esencial
(la sabiduría es lo único que quiero encontrar)
saber   estar   volar
cada imposibilidad   torcer
curar
ningún camino conocido
corromper
todo
todo
todo
y esperar
escrito en Jun./2017 aprox.

jueves, 3 de agosto de 2017

Anatomía de un espejo

Anatomía de un espejo
síntesis imantada
amor amarillo
duplicidad
complicidad.
Impacto, pacto, extracto.
Solo me queda exprimirme.
Ninguna mueca
ningún hastío.
Coma, punto. Paréntesis abierto.
Te amo.
Paréntesis cerrado.
escrito en May./2017 aprox.

martes, 1 de agosto de 2017

Inercia

Quiero tatuar
este momento
la forma en que se solapa
la cortina
y flamea un poco
por la brisa del ventilador
y se filtra la luz de afuera
y…
Conciencia derribándose
así soy y estoy
tatúo la pared
que dibuja nubes de humedad
cerca del techo.
La luz tenue de nuevo.
La sombra
de mi pie
de mis brazos
de una de mis palmas
abriéndose.
Un momento de inercia pura
y de escape
madrugada
sólo acostarme
mirar
y cuasi dormirme
sobre un colchón de pensamientos.
La ventana es la que observo
antes de dormir
las sombras bailan
en mi cama.
Es un circo
un instante simbólico
o una muralla propia.
Como sea
me gusta contemplarlo así
sorprenderme en la comodidad.
Porque los momentos de soledad
como éste
son deliciosos.
escrito en Mar./2013 aprox.

lunes, 31 de julio de 2017

La asociatividad de las batallas

Una nueva de las que más aturden, una nueva batalla con balas de fuego se abre paso, lleva halcones furiosos, guerreros de espadas de madera. Esa es la nueva que me toca, una batalla con gloria remota, cepillos de dientes a kilómetros uno de otro, madurez pobre pero sensata, perturbación de los sentidos y de la concentración, perdición. Esa es la descripción correcta: perdición.
Una batalla cotidiana que se abre paso entre sonidos difíciles-distintos, claros oscuros, y regreso a la abstracción eterna. Bucles infinitos, ¡infinitos!, que se asocian entre sí y me mandan a matar.
No lo viví antes, o sí pero diferente, o tal vez no al fin. ¿Por qué? ¿Porque condicioné mi destino? ¿Porque tengo responsabilidad en la destrucción a la que recurre mi propia cotidianidad? ¿Porque simplemente me rodeo de todo lo que me lleva a esa misma batalla colosal, como masoquista quejándose y rogando más a la vez?
No sé, pero dejame con mis ocurrencias estúpidas y mis pensamientos turbadores mientras tanto, que las batallas mismas ya me quitan demasiado tiempo, demasiado, peleando sin ganar.
escrito en Abr./2014 aprox.

domingo, 30 de julio de 2017

El eslabón

Le dije Gracias al chofer del colectivo ni bien frené y logré respirar. Corrí desde una cuadra atrás y no sabía, hasta que lo noté sonriendo, si me había visto en tamaño apuro por alcanzarlo. Además, no había nadie esperando en la parada, por lo cual no tenía un motivo para frenar, a no ser que.
Después de reírse y de mi Gracias sonrojado, desplegué la tarjeta y el pip vomitó un boleto. El calor en mi cuerpo me despertó de repente de la pereza matinal, y me reí de mí misma viéndome correr desde la ventanilla, es decir, con los ojos, quizás, del hombre que está a mi izquierda ahora y que parece observar todo con cautela y asombro.
Le dije Gracias al chofer como si su gesto significara el eslabón que perdí la mañana anterior, o la fe en la ternura que también pierdo algunos días. Le dije Gracias al chofer como si me hubiera salvado la vida.
escrito el 28/Jul./2017

viernes, 21 de julio de 2017

De frente y sin espera

Sucedió que en un momento tuve dos soles: uno a la izquierda y el otro a la derecha. Me encandilaban por igual, sentía la calentura exquisita y necesaria mientras el reloj daba las ocho y treinta. Los de repente asiáticos ojos vieron un reflejo perfecto del sol en la ventanilla.
Un portón pintado de violeta fue el escenario ideal para una chica con tacos altos y vestimenta formal que se dirigía en la misma dirección que el colectivo, la fila en el domo ascendía con la persona que se podría contar era la número doscientos, la laguna seguía intacta de luz, un barrio nuevo asomaba cada vez que alguien sonreía o hablaba del casamiento de Messi en alguno de los asientos, y yo iba contenta porque tenía, para mí, dos soles.
Uno a mi izquierda y otro a mi derecha.
Coloqué mis auriculares con la música respectiva en cada oído calentito y receptivo, me hacía la que nada, pero yo sabía que los soles se debatían guerras y jugaban a cuál calentaba más mi carne destemplada y mi desapego.
El mecanismo inconsciente que se descontrola con un mísero trabajo de bacheo; las bocinas y el epitafio de una fila de trámites provocaron que me ría descaradamente con los soles y me pusieran los pómulos colorados. Otra vez la sensación irónica de no ser parte de...
Y así sucedió que el reloj dio las ocho y treinta y seis y el colectivo se encontró con la monótona tarea de doblar cuando hay que doblar y que es como nosotros que tenemos que trabajar cuando hay que trabajar y comer cuando hay que comer y casarse cuando hay que casarse y salir de vacaciones cuando hay que salir de vacaciones y...
El colectivo dobló y se encontró con el este, de frente y sin espera.
Y así fue como, en una lenta pero firme secuencia, mis soles se hicieron uno.
escrito en Jun./2017

miércoles, 21 de junio de 2017

La muerte está echada

Hace un tiempo se recostó la muerte
del lado derecho de mi cama
casi cayendo, está echada,
la muerte enjuga mis ojos, sabe
los caminos que siguen las estrías
de mi espalda, bebe
los conjuros que expulso cada noche en cada sueño.
La muerte está echada, se relame
por cada segundo regalado al clímax, sangra
como un óvulo atardecido, llora
como un ojo cancelado por la verdad, asume
que es única y no sabe
que es muchas y que cada día
la vivo diferente al resto.
Está echada como serpiente alerta,
no me saca la mirada de encima,
a veces frecuenta mis alteraciones de consciencia, me divierte
hacerla perderse, matarse sola,
cubrirse con la nada y asombrarla con la vida,
sus hijos, los orgasmos, le rinden homenajes,
cada tanto, cada siempre, cada vez que explota el universo
y en otro plano, de repente, la encuentro
en uno de tus ojos vencidos
caliente, eterna y siempre nueva, gustando
de a sorbos tu vientre mojado luego,
absorta de luz, echada,
caída después de tanto andar.
escrito el 06/Jun./2017

martes, 13 de junio de 2017

Veinte leyes para la vida

Un buen día me pregunté qué es esencial para la vida, para que la vida sea más linda y menos laputamadrequéhagoyoacá. Bueno, salieron estas leyes para la vida que, según mi parecer, son sumamente necesarias y hasta de vida o muerte cumplirlas. Para no ser un muerto que respira, claro.

1) Convierta las pelotudeces de los demás (o los actos de los pelotudos) en sabios discernimientos para no ser ud. un pelotudo.
2) No sea chismoso/sa: ser chismoso crea fantasmas propios, aires de vieja resentida y arrugas tempranas.
3) Cambie de vez en cuando sus muebles de lugar, para que no se aburran los pobres y ud. crea que está viviendo en otra casa.
4) Camine frecuentemente hacia los mismos lugares pero cambiando de camino cada vez.
5) Fume una pipa y consiga un buen sillón para escuchar Jethro Tull (una vez por mes al menos).
6) Lea.
7) Escuche sus intuiciones aunque no crea mucho en ellas. Siga el 70% de sus intuiciones en sus decisiones.
8) No critique las maneras de vestirse de los otros...A nadie le importa qué tiene puesto el de enfrente a la hora de amar.
9) Perfume y ventile su casa, y póngale música.
10) Juegue cada tanto a la rayuela con y como un niño.
11) Métase sin dudar en el pogo de algún recital al menos una vez en su vida, si ya no lo hizo. Sino, hágalo de nuevo. Empuje y déjese empujar. Cante a gritos mientras. Salte.
12) Pinte un dibujo o un cuadro, aunque no sepa pintar.
13) Junte hojas de árboles durante un tiempo, y luego obsérvelas, compárelas y envídielas.
14) Baile tango mientras cocina, aunque no sepa bailarlo.
15) Use cartelitos para anotaciones importantes, recordatorios, etc., y péguelos con cinta en lugares estratégicos, como ser en la pava para el mate o en el reloj de pared.
16) Haga crucigramas todas las semanas. Agiliza la mente.
17) Tenga relaciones sexuales en la cama, en el sillón, en la mesa, en la ducha, en el auto, en sus pensamientos, etc., en todos los lugares que se le ocurra.
18) Admita sus debilidades y vulnerabilidades...frente a las personas correctas.
19) Tararee canciones mientras limpia, estudia, trabaja, despierta o va a dormir.
20) No se haga preguntas estúpidas a ud. mismo, del estilo "Cuál es el sentido de mi vida?", etc., porque pierde el tiempo al divino botón. Viva y punto.
escrito en Abr./2012 aprox.

lunes, 12 de junio de 2017

Mañana o pasado

Y entro acalorada a casa después de la caminata acompasada, digo “esto está muy cerrado” y me dispongo a llenarla de olor a sahumerio de sándalo, mientras abro a medias la ventana que da a la calle. Un par de libros que no se sienten menos ignorados que ayer porque los apuntes son más urgentes de leer. Y las estupideces del mundo. Toda esa combinación de elementos, a la vez y sin culpa de presentarse. El ruido, cállense por favor, por qué hablarán así de fuerte, y la tele con el volumen a más no poder. Así es, día a día, pero con calma, me acostumbro a la soledad de mi concentración.
Me resuena el “estás loca vos”, y pensar que me lo dicen así de mala manera, y pensar que a mí me suena a piropo, a cumplido, a “sí, y estoy orgullosa de ello”. Aromatizando con sahumerio las ganas de volverme inerte, “tráiganme una guitarra, un crucigrama o un poroto”, para dispersar mi ansiedad, enfermedad oscura y constante que se agolpa entre mi cerebelo día y noche, noche y día; en casos como éste, más aún. La siesta es para la gente la religión inmediata, la siesta para mí es la intención de la muerte de las cosas, es la búsqueda de algo, es gritar en silencio, es caer las lágrimas escuchando Mañana o pasado, pero shhh, que nadie cuente a nadie que he llorado con esa canción, es un secreto entre yo y yo. Es un secreto de esa muerte preparada pura y exclusivamente para la siesta. Sobre todo, para la siesta de lloviznas.
En cambio, por la noche es distinto. Mi ansiedad se refleja en otras cosas, los ruidos son más ajenos, ya no queda olor a sándalo, mi cabeza apoyada sobre la almohada advierte que le toca soñar despierta, y después sólo después, dormir. Esa es la manera que encontré por ahora para sobrevivir: imaginar todo antes de dormir. Es como una terapia, es MI religión inmediata, es fácil y hasta lo puedo lograr aunque vuelvan los ruidos que provienen de afuera. Porque todo pasa justamente por mi cabeza, rodeando la almohada, rodeando la cordura (“estás loca vos”), rodeando las últimas conciencias antes de ir a parar a la vía del onirismo que nos lleva quién sabe a dónde, entre imágenes confusas y absurdos símbolos, que llamamos “sueños”. Completamente desnuda de vergüenzas, es ahí donde me busco a mí misma, durante la noche antes de dormir. Y anhelo lograr lo que soñé despierta. Mañana o pasado. Mejor mañana, y con el pasado pisado, bien pisado.
Otro día es, ya soñé las cosas confusas sin sentido. Se volvieron repetición las cosas más simples, pero seguramente, lo que sueñe despierta esta noche será otra cosa totalmente distinta a la que soñé (pensé) ayer. Sólo serán repetición la cotidianeidad de la supervivencia, el entrar a casa después de un día ocupado, acalorada por la caminata acompasada y el pensar con el sahumerio en mano: “Esto está muy cerrado”.
escrito en May./2012 aprox.

domingo, 11 de junio de 2017

Ut canibus

Los canes, canibus, los ladradores del abismo,
los viejos y nuevos
movedores de colas, los manchados
y heridos, perpetrados y perpetuados
en dientes demoledores, infames hocicos,
nosotros, los sub-lobos, los cánidos cautivos,
casi sin domesticar, casi domesticados,
gruñendo la rama que nos tiraron lejos.

Partimos de un comienzo amputado
seguimos con el tiempo entre dientes, afilado
el hueso roído, la sed insaciable,
y morimos ya sin tiempo, sin raza, sin calle
sin sombra, sin colmillos,
renacimos, empezamos de nuevo, pelo a pelo
garra a garra.

Los canes, canibus, nosotros los perros
con la magia a cuesta y el aullido familiar
ese que nos transporta a la más potente vida sin amo
perros porque sí, animales
con el juego en la sangre, con el instinto por demás
creyendo
en la carne que devoramos, en el agua que nos deleita,
en la cucha que nos tocó, en la paz del río que atravesamos
a nado y contracorriente
nosotros, siempre en la lucha de conseguir comida
para el alma
nosotros los que vencemos
esa manía de temer si nos levantan la mano
con un cascote en el puño

sí que cascoteen
sí que nos quieran invadir
sí que nos puteen
sí que no nos comprendan
sí que nos quieran castrar
sí que nos impongan reglas
sí que nos quieran callar los ladridos
sí que nos hagan morir de hambre

porque nosotros, los perros, sólo necesitamos
el dolor inmerso en la existencia para unirnos aún más
necesitamos el miedo que arrastran cuando mordemos sus tobillos
y el grito perenne de la angustia que atraviesa
la noche, la luna, la ciencia del amor,
para sabernos más perros que antes, más canes-lobos-locos
más palabra gritada, más abrazo peludo
más oídos preparados, más ironía aceptada
para que la compañía en la jungla de cemento
se haga poesía.
escrito en Nov./2016 aprox.

sábado, 10 de junio de 2017

Estás ahí, constante

Aparecés de golpe, como siempre.
Me rodeás, vas y venís
¡y atormentás a mis oídos!.
Llegás con la única intención
de molestarme abiertamente.
No importa en cuál estación
ni circunstancia.
Estás ahí, constante. Lleno de mí.
Te odio cuando hacés eso
Te detesto. Y cuando te busco
Sabés como enconderte,
y te escondés nomás, te burlás de mí.
Pero yo sé que me necesitás, idiota.
(Yo sé que me necesitás idiota).
En el preciso instante,
donde vuelva a verte
donde vuelvas a rodearme
te voy a derribar de una buena vez…
mosquito hijo de puta.
escrito en May./2012 aprox.

miércoles, 7 de junio de 2017

Demasiadas preguntas

Principios de llanura, inconscientes
como todo sendero prehistórico al desierto.
Camino pisando el césped frío.
Mi sangre hace metástasis de calor y vibra.
Ningún puño nace vacío, ningún anhelo nace quebrado.
Resguardo la palabra entre los dedos,
no hay magia en ojos ciegos.
Me expando en círculos aleatorios hasta una guarida
que contiene todos los amuletos necesarios para continuar luego el camino.
No hay rostro cuando miro al espejo
y sin embargo, todo aquel que me mira sabe quien soy.
No hay piel cuando la quemo con fuego y sin embargo,
todo lo que toco se vuelve cicatriz en mí.
Me despierto en penumbras y en penumbras nado.
No sostengo ningún afán de mentirme en los reflejos.
Soy
como una bola de fuego que baila
en la superficie del agua.
Así de cínica es mi carne y así de imposible
mi búsqueda.
En cada rincón del mundo
planeo burlar la muerte.
Y aunque siempre pierdo, lo reintento
como el brote que renace de un árbol talado.
Mi objetivo es preciso:
vivir en un columpio vertiginoso y libre
que liquide desesperanzas y socorra voluntades.
A veces vuelvo a nadar en aguas imaginarias;
no fatalizo la muerte
pero ella me hace demasiadas preguntas.
escrito en Abr./2017 aprox.

miércoles, 31 de mayo de 2017

Un sueño de manifiestos

Salvaje en una distancia atroz
zumbando oídos y odios ajenos
se encuentra el sempiterno desvío de una ensoñación carnívora
que nos atrae y nos repele, como un mantra negativo.
Crecer es horrendo, hay cosas mejores siempre.
Vomitar el aprendizaje y suprimir el desconcierto
funcionan como placebo cuando la tristeza abunda.
No lloremos ni recemos, nos basta con solo cruzar los dedos,
cruzar los cambios, cruzar las cruces.
En las espaldas, el abismo y el mar,
uno estando ahí sólo debe elegir.
Después, que el odio se disuelva, que lo agrio se disuelva,
que el cráneo reviente en un rayo de tormenta
y que nadie nos obligue a reconstruir nuestras partes
ni a seguir, ni a crear
si no lo hacemos con las venas ardiendo.
escrito el 12/May./2017

martes, 30 de mayo de 2017

Invitación

Voy a fecundar este día en mi propia mano
te invito a que te desnudes mientras
siembro las plantas que nos darán de comer,
al girar y volver te veré colorido
envuelto en auras brillantes y con el cuerpo alado
me sentaré en tu extensa falda que será tan extensa
como el mismo universo
y te contaré, uno a uno, los secretos de la luna.
A medida que nos vayamos desintegrando en el caos de la galaxia,
usaremos la alquimia para transformar cada gemido nuestro en oro.
En otras dimensiones del espacio
estaremos sin atarnos pero entregados con el alma
comeremos los frutos y seduciremos al tiempo
y nunca, nunca más, volveremos a vestirnos.
escrito en Abr./2017 aprox.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Todos tenemos un día de secar servilletas húmedas

Todos tenemos un día en el que se caen los espejos
y amanece nuestra mente retorciéndose como un hada con dolor de ovarios.
Todos tenemos un día de serpientes enrolladas al lado de la cama
que cuando las pisamos sin querer nos muerden y nos confieren
el trance de la mirada perdida en un puntito gris de la pared,
en el que las calculadoras revientan sus funciones
y los alcauciles derraman sus fractales en la mesa,
en el que las canciones suenan insípidas porque el sonido
se hace sólido como una piedra de mármol
y deja de vibrar el pentagrama cósmico que nos une.
Todos tenemos un día de santiguarnos con el patetismo.
Todos tenemos un día de abducción con tintes psicóticos,
de tareas engorrosas para realizar cosas tan simples
como comer, dormir o mirar los emails que llegan atemporales.
Todos tenemos un día que parece un año, y es más,
todos tenemos un día que parece un otoño entero resbalándose en mil veranos.
Todos tenemos un día claustrofóbico, en el que necesitamos abrirnos la piel
porque nos ahoga,
en el que nos nacen callos y hongos
en el que nos sentimos peces muertos en un pozo de arena
en el que nos aburren los árboles y los changuitos del supermercado.
Todos tenemos un día continente, lleno de resortes rotos,
todos tenemos un día elástico como la pereza desperezándose
pero muerto como televisor, absurdo como servilletas de bar
y cansados como bolígrafos de poeta.
Todos tenemos un día desgarrado por los pies, pandeado
vencido y procesado como jugo artificial,
pausado, ralentizado, venenoso y lúgubre que nos plantea teoremas neuróticos
y algún que otro miedo al azar.
Todos tenemos un día Pink imaginando gusanos metafóricos,
todos tenemos un día Goodbye Blue Sky,
todos tenemos un día no tengo señal,
todos tenemos un día ciego,
helado,
arroba,
punto com,
reacción de facebook me entristece,
calesita rota,
y ruegos
y ruegos
y ruegos.
escrito el 24/May./2017

martes, 16 de mayo de 2017

Aplicaciones del insomnio

Me hubiera ido a dormir
mascullando las palabras
hiriendo el anochecer con creces
total la almohada es sorda
la sábana es indiferente
y el colchón es tan solitario
como yo en esta noche.

Me hubiera ido a dormir
antes que soportar los grillos
antes que extrañar la orilla
de arena mojada que pisaríamos
si fuese
otro lugar, otro día
otro encuentro transitado.

Me hubiera ido a dormir
palpitando nuevos latidos
de incertidumbre atiborrada de cerebros
que se funden en una idea tosca
pero dormir al fin
dormir sintiendo que el sueño
vence cualquier barrera gris.

Me hubiera ido a dormir
respirando hondo una historia
contestando mis súplicas
sobre tu paz
sobre tu vida
sobre tu llegada tan celebrada
sobre vos, directamente.

Me hubiera ido a dormir
cerrando los ojos lentamente
quedando muerta en el instante
tan muerta como viva
tan corazón rápido en estas circunstancias...
que dormir sería
un olvido precipitado.

Me hubiera ido a dormir
que se hizo tan tarde
en las horas tictac, en las agujas
que no dejan ningún silencio limpio,
lamiendo las leyendas
de los que nos dejamos sobornar
por el amor.

Pero en cambio me quedé despierta
en la penumbra de mis propios ojos
en el desierto de mis ojeras
en la sinfonía inexistente
de las palabras que no escucho
de los deseos que me cubren
de las explosiones cotidianas

de las soledades internas
de las risas incalculables
de las preguntas incorrectas
de los presentes acorralados
ante tanto pasado
ante el miedo
de sentir todo esto en los huesos.
escrito en Mar./2013 aprox.

lunes, 15 de mayo de 2017

La no sana costumbre

Sigo sin saber
y sin querer saber quizás
qué imagen te devuelvo,
qué imagen proyecto en vos
y qué risa te causo cuando no estoy.
Sigo sin saber si lo que presiento
son muecas de falsedad
cuando en realidad, todo es verdadero
hasta que no me lo creo más.
Soy tan común cuando hablo
no entiendo por qué no puedo
hablar como escribo a veces
porque escribiendo, todo parece más fácil,
como contar o tratar de contar
este tornado de cosas esfumadas.
El tic tac incansable,
la no sana costumbre
de decir "no habrá próxima"
justo antes de meter la pata
por enésima vez.
escrito en Abr./2012 aprox.

sábado, 13 de mayo de 2017

Manojo de átomos

Piso en cada lugar miles de átomos
                                   encontrados.
Yo soy un manojo de átomos
que te piensa.
Un manojo de llagas y de venas.
Un simple manojo.
Dos dueños de una misma cosa,
la simbiosis, sin ninguna crueldad, es lo único que tenemos.
Y los átomos.
Y cada átomo sus partículas,
tan teóricamente visibles
                                   en la nada.
Tan simples.
He vaciado una botella
de átomos de cerveza
en tal calle con algunos de los tuyos,
de tus átomos, digo.
Y bien, acá me ves, como siempre
como nunca,
sentada en el piso y leyendo y
escuchando Indian Summer
porque quiero, y listo.
Aunque vos no entiendas nada
no entiendas que las partículas
se accionan, y se vuelven locas
en cada paso, en cada vaso,
botella, calle, tarde, noche,
nube, y pisadas, luego, otra vez
                                     átomos
entrecerrados, juntos, abarrotados
simples.
Tan átomos como ellos mismos,
tan átomo en vos,
tan átomo vos en mí.
Tan simples nosotros
en nosotros mismos.
escrito en Jun./2011 aprox.

jueves, 20 de abril de 2017

Arabescos raros

Convencimos al unísono, al miedo insospechable;
ya quiero dejar de usar la palabra miedo
en mis regurgitaciones hiperbólicas que terminan en letras editadas.

Después hicimos eco en los aplausos
hacia nuestros abrazos.

¡Qué arabescos raros tienen los deseos!

Podríamos ser hipocondríacos con clase,
bastardos mirando novelas mexicanas,
pero no,
porque la basura nos espanta
y la marea nos atormenta.

Pudimos ser, y seremos,
seres astros pieles brazos
etcéteras y etcéteras
(arbolitos con canciones)
que se perpetúan
y se extinguen
mientras nace un día nuevo.

¡Pero qué arabescos raros tienen los deseos!
escrito en May./2014 aprox.

miércoles, 19 de abril de 2017

Pan...queso

Creció el frente de onda
en canales impuestos por hermandades
que cósmicas y siderales
marcaron el camino hasta encontrarnos.
Los pies se fueron deshaciendo
hasta mimetizarse con la tierra,
desentramando los hilos anudados con sólo
animarse a cruzar
(pan...queso...pan...queso).
La carne se vio a sí misma omnipotente
y así fue.
Enredó toda ciencia en una ley,
en un teorema, en un conjunto de axiomas,
en este amor que puedo demostrar matemáticamente
como la ley cero de la termodinámica
lamiendo tu calor.
Es simple conexión inconexa de dioses,
amatoria descomposición de dedos,
caligrafía de tu lengua en mí,
senderos que sigue tu mirada
posándose en el vaso, sirviendo el brebaje,
tobogán de algoritmos inciertos
y glosarios acertados que invaden
todo concepto previo.
Así de simple se complica lo elemental,
así hoy estás y no estás, así la vida,
así el imperio del otoño se avecina,
así el viento nuevo arremolina,
y deseo esta soledad y esta compañía
así de dual, así de furtiva
angustiosamente tuya y mía.
escrito en Feb./2017 aprox.

martes, 18 de abril de 2017

Cielo de ti, cantó Spinetta

Un
cielo
como
el
de
ahora
es
terreno
pulcro
clave
lisérgico
hambriento
fértil
perenne
paradisíaco
en
donde
puedo
recostarte
cantarte
mirarte
untarte
en
jalea
de
dioses
y
llevarte
al
magma
del
centro
mismo
de
la
tierra
en
un
solo
abrazo
escrito en Feb./2017 aprox.

miércoles, 5 de abril de 2017

Inexistencia

Encima de cada una de mis piernas está el fuego
el mechero es una mano
y la contienda se quema despacio.
Sofocando las células, se transporta la llama,
destruye lo que encuentra a su paso,
hace olvidar que mi alma es pura agua.
Distiende la piel, la hace lozana y oscura
abrasa el pubis y la lengua
disuelve a cenizas el limbo.
Ahora el tiempo se vuelve
catarsis
adrenalina
dopamina
escalofrío
éxtasis
inexistencia.
escrito en Feb./2017 aprox.

martes, 4 de abril de 2017

Tres tiras

Me da pena, de verdad, me da pena. Tiene varios colores y tiritas. Tiene onda.
Y lo compré con ilusión, fue como comprar un puñado de chocomaníes, fue como volver a la niñez, y pensar en el cielo; quizás llegase allá donde mi abuelo nos espera. Quizás quedaba atascado en él, y lo traíamos de vuelta para acá. ¡Quién sabe!
Por eso me da pena, mucha pena. Porque esas cosas nunca se corroboran, porque siempre pasa algo antes. Y en este rincón oscuro e insólito, donde me encuentro, con ganas de tomar cerveza hasta perder la conciencia, hasta perder el orgullo, hasta perder lo poco que me queda, hasta perder, sólo pienso en él. Nunca lo estrenamos, pobre. Quedó ahí, enrrollado, y quién sabe hasta cuándo.
Me da pena, nos habrá quedado mirando tantas veces, y eso que lo llevamos al río, pero nos olvidamos un poco de él porque la pasamos tan bien, tan abrigados en nosotros, en un fueguito. Tan simbióticos comiendo pizza y tomando cerveza enfriada con el agua de río...
Igual, en parte, quizás mejor para él, porque... Mirá si lo perdía, no, mirá si lo perdía como una vez donde hicimos volar uno tan lindo, tan bien, que se me fue de las manos de tanto viento.
Todo en esta vida tiene su simbolismo, o al menos yo lo encuentro. Y me parece que en este caso, me da pena por una razón que acabo de descubrir como inconclusa pero casi precisa. Una conclusión muy sencilla y olvidable, y con tintes melancólicos, que más que conclusión es intento de explicación de algo que no se puede explicar: siempre vamos a ser ese barrilete que quedó sin remontar.

escrito en Ene./2014 aprox.

lunes, 3 de abril de 2017

Perseidas

Aparecé, noche
con tus alientos calmados
y la rapsodia de la desolación.
Aparecé, lluvia
adelantada en las cosas
mate en la mano, ventana abierta.
Aparecé, noche
que no hay techo que valga
que no puedo verte, carajo.
Aparecé, estrella
que no existe el cielo
en este caos de oscuridades.


(vi tantos monos, nidos, platos de café, canta Spinetta)
El origen de los mundos, bastaron para sofocar una peste
las estrellas no sonríen más, pero hay una sola
que todavía me da una mano
de vez en cuando
(guarden bien tus manos esta libertad, canta Spinetta)
Y cuando el sueño valga la pena
ya habrán pasado años, meses o días, como sea, muchos
y no estaremos ni acá ni allá, no seremos enfermos paseantes
en las pistas donde Perseo se jacta
de consumir historia
(Y te amo tanto que no puedo despertarme sin amar, canta Spinetta)
escrito en Ago./2014 aprox.

sábado, 1 de abril de 2017

Nefasto

Me agrada la palabra nefasto; es decir, me gusta cómo suena el “fas” antes del “to” y se le puede dar varios grados de énfasis cuando se quiera. NefÁSto, nefasto, Ne-Fas-To, etc.
Nefasto no es una palabra demasiado usada, y eso que hay muchas cosas nefastas: la corrupción, la discriminación, la desinformación, la inopia.
Referenciando a los días, épocas o eras, también se las puede adjetivar como nefastas cuando se desarrollan tristes y funestamente. No lo sé con seguridad, pero deben ser esas épocas vacías, inoperantes, o desgraciadas.
Asimismo hay personas nefastas; la real academia también dice que son detestables. Bueno, claro, ser nefasto nunca es agradable, transportar la infelicidad y derramarla a los demás no es algo apaciblemente recibido. Al contrario, quizás emergen las tristezas personales en contacto con un nefasto y ya ni siquiera se puede llegar a pronunciar bien el fas antes del to al sentir tanta desdicha.
Yo sé bien que esta palabra empezó a circundar en mi mente hace no mucho, y bueno, la analicé, un par de veces la grité para escucharme diciéndola y me empezó a gustar su fonética, como la palabra tobogán, por decir algo.
Pero su significado específico no había llegado sino hasta suceder recientemente un claro hecho que marcó el inicio de la conciencia de la persona nefasta, y como resultado, el fin de una época nefasta.
Claro, esta palabra aparece en mi cabeza de dicha forma, porque fue la que nació naturalmente cuando me di cuenta, cuando me quebré la frente en dos, cuando me di un sopapo, cuando me desperté de un letargo, cuando me quitaron las vendas, cuando florecí los sentidos muertos, cuando abrí los ojos, al fin, ante vos.

escrito en Dic./2014 aprox.

sábado, 25 de marzo de 2017

Verborragia sideral

Parece invierno.
Llovió todo el día, y no tuve tus piernas entre las mías.
Posta.
Soñé algo que me hizo reír, pero dormí para la mierda.
Por ende, me duele el cuello.
Me voy por las ramas, prendo la compu, deletreo,
miro el reloj, trato de estudiar,
posta, trato.
Parece de noche, pero son las cuatro de la tarde.
Me angustian las moscas,
y como ya debés saber, soy a la sombra de esta coraza
una imbécil.
Pero viste que las corazas esconden lo más sensible
dentro.
Soy sensible.
Y hoy parece que lo soy particularmente
con más intensidad.
¿Vos sabés que flasheo con que me van a asaltar,
me van a pegar un balazo en la cabeza
y me pongo a paranoiquear como una bestia?
Flasheo cosas, posta. Boludeces.
Y me siento un poco loca.
Ahora bien, te necesito
pero no como uno necesita apagar la luz para dormir, no.
Te necesito como se necesita un disco de Mercury Rev
para largarse a llorar. Así,
te necesito como un insomnio necesita de mí
para escribir.
Pero las cosas no son tan fáciles de solucionar, ¿verdad?
Se ensucian con los días, se apilan de mugre.
Y uno cuando limpia, levanta polvo y estornuda, y…
Molesta mucho.
Posta que molesta.
Pero viste lo lindo que queda finalmente.
Y uno se sienta felizmente a contemplarlo,
a contemplar una pocilga con olor a sahumerios
y perfume
aunque eso no dure más que un rato.
¿Te diste cuenta que cuando uno se limpia de rencores,
pasa lo mismo?
El camino molesta,
pero
¿qué tal si nos terminamos contemplando
con total felicidad?
Posta.
Posta que lo pienso.
Parece una utopía
pero la aplicación de la limpieza no rige sólo para los pisos, los baños
y los platos,
rige para mi alma, y la tuya.
Posta.
escrito en Mar./2016 aprox.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Lepidóptera

En la constante metamorfosis
dentro de mi crisálida
me deshago y me inundo,
me aferro y me suelto.
Inhibo mis cortejos pues lo que nace
en mí
tan de a poco
son alas.
Y el ensueño me protege del deseo
de volar.

Cuando ese momento llegue,
e invierta mi mañana libando néctar,
seré colores
en alas
mártires y volátiles
como mi vida.
escrito en Feb./2017 aprox.

viernes, 17 de marzo de 2017

La mano izquierda


la suave, la tierna, como un alfajor de algodón, como un colchón minúsculo, como un cuenco portador de savia

tu mano izquierda

nuestro salto

mi corazón, ahí

escrito el 16/Mar./2017

jueves, 16 de marzo de 2017

La madre de todos los silencios

Me río irónicamente con la soledad;
ella es partidaria del patetismo
que envuelve algunas de mis noches
y le es inevitablemente gracioso
verme sangrar.
En el dos por dos que guarda
este caos perenne
visualiza el quiebre, la pelea,
la miopía, de mi voz y de mis pieles.
Incalculable ceguera, mula tonta,
vestida de azar, convencida de sed,
la soledad exprime mis sentimentalismos,
acude a mis fantasmas,
sortea los rezos, sostiene en lo alto
mi suerte para que yo salte desesperada
queriendo atraparla sin resultado.
Me dice ruina, me apellida espanto.
En posición fetal me duerme,
finalmente me cobija, como una madre
(la madre de todos los silencios)
y me envía en un tren a recorrer
el abismo gris de las ausencias
que a veces son un triunfo (como pronuncia Cortázar)
y otras veces son un puntazo en la sien
que me recuerda el dolor de los aguijones
en el instante primero del ataque.
escrito en Feb./2017 aprox.

jueves, 9 de marzo de 2017

Impartida

Impartida, la mañana parece vibrar
en una sintonía diferente al ayer,
las percepciones varían como varían las nubes,
y en esa mutación encuentro mi nombre.
"Sabes el nombre que te dieron
pero no sabes el nombre que tienes",
aclama Saramago en nombre de otro,
y me recuerdo hace poco, y me recuerdo hace mucho,
y cómo ha cambiado también la soledad y el hastío
en todos los mientras tanto.
Allí me quedo, en pocos minutos, en una claridad
de día, inmensa y sencilla,
me quedo en ese punto inexistente
que es preludio y consecuencia del viaje mental
que concede recuerdos vívidos,
me quedo en el cementerio de mis párpados
imbécil
mirando la nada pero observando todo
(fenómenos para admirar del cerebro humano, ciertamente).
Me quedo dilucidando mi nombre,
sin querer tomarlo ciegamente,
con un poco de recelo ante la novedad,
sin querer tampoco abandonarlo ni perderlo,
procesándolo como a un disco nuevo,
sin querer olvidarlo ni adjudicármelo
tan rápido.
En ese histeriqueo ensoñado de la búsqueda
nace la siguiente mutación
y me apuro entonces a tomar lo que queda de mí,
a sumarle mis restos a la desidia,
a recomponer mis lados,
y a colocar las manos abiertas y unidas en el aire
para calzar mi nombre y lavarme la cara con él,
decirlo despacio y también a los gritos
para saber quién soy y quién no soy
y luego, dejarlo ir, dejarlo ser
como una palabra más, como una palabra jamás escrita
o como una conjunción sin etimología
o con muchas etimologías fusionadas a la vez,
un yo sin origen más que la vida,
una vida que muta sin origen más que el propio cambio,
una suerte de mañana como ésta, pero primitiva
donde ya no importa el nombre que me asignes;
sólo importa que me llames.
escrito el 24/Feb./2017

lunes, 6 de marzo de 2017

Nací para ser azul

tengo los ojos llenos
los dedos llenos
los pies llenos
los oídos llenos
los cabellos llenos
los días llenos
los inviernos llenos
los cristales llenos
los libros llenos
los sueños llenos
los atardeceres llenos

y en un vendaval de tinta negra
y viejas utopías,
el vacío perpetuándose
escrito en Feb./2017 aprox.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Mentalmenteenmimente

Y hay un payaso en la peatonal que está ahí desde hace un montón de años
un montón de años de gente
pareciendo con esos largos zapatos de payaso un circo en sí mismo
contribuyendo eternamente a la globología callejera
mientras vos y yo estamos mentalmenteenmimente
en un sólo frente de batalla con todo el resto del circo del otro lado
y nadie entiende nada
lo explicaría pero sé que no entenderían nada, y me agrada tanto que nadie lo entienda,
mientras que la ley de Coulomb se sigue cumpliendo en la Física
y mientras el logaritmo neperiano de uno sigue siendo cero.
Mientras que todo suele suceder según la causa-consecuencia que nos han insertado
en el momento de nacer, como un tiro en la cabeza
y que estoy segura que no siempre es así.
Porque no es una consecuencia de alguna causa que el payaso me traiga imágenes de ayer en un espejismo.
Tampoco es consecuencia de alguna causa que los demás no entiendan; yo lo llamo simplemente, felicidad.
Hurra, nadie lo entiende.
Y hay un archivo en el esquinero que se está llenando de humedad
de cosas para hacer, cosas por leer, cosas por olvidar, tiempos pasados en un incendio temporal de los segundos que quién sabe quién maneja, o que es inmanejable…
Se supone que el payaso, el matemático que calcula el logaritmo neperiano o vos, cualquiera,
pueden saber lo que es el aire, lo que es el amor,
o lo que es un puente elevador al último unicornio parado en la nube decimoquinta de un cielo otoñal.
Pero la cuestión es si el payaso, el matemático o vos se ponen a pensar en ello.
En si el puente elevador llevará realmente a alguien a esa nube un martes cualquiera.
Vale la pena preguntárselo, mientras se adquiere un globo en forma de conejo proveniente del arte del payaso.
Mentalmenteenmimente, con una superior diferencia, vamos ganando la batalla.
escrito en May./2013 aprox.

martes, 28 de febrero de 2017

Así

las cavernas se interpolan
salen a correr los anfibios
los anfibios reptan
los reptiles secretan veneno
los alambres se regocijan de electrones
bailan los senderos
que ven vaciarse las aguas con más agua adentro
se espesan los ojos
se confunden autos siluetas árboles sombras
todo se va perfumando
todo lleva olor a fuente, olor a caos, a campera,
olor a humedad, a pasto mojado; olor tuyo
confusión etérea con la almohada
el mirar sin ver
siguen las huellas los pájaros
se sientan como saben sentarse ellos
cara o cruz, en este día, donde todo brilla
desde la ventana
los pasos de baile entre charcos,
esos señores que vomitan paraguas
con trajes de oficina y no de baño
caminos, divertimentos, ablución en los caminos
perfume a abrazo, ahora, perfume
a un húmedo destino
los bares silban tangos
el viejo silba afuera, bajo el techo con su termo
los caracoles zigzaguean
un candombe de baba
circunstancialmente
por las mismas paredes enmohecidas, grises
se ven dispersos perros, cortinas de hilos de agua,
mala práctica la de los no dormidos
de irse a dormir
chapas y más chapas, las larvas y jejenes
buscan asilo en los vericuetos
que chorrean amor
las señoras negras esparcidas lloran en sintonía
no abren las tiendas hasta las seis
las aves se esconden
y la basura apesta
los insomnios se escriben dudando
y los libros no salen del coma
los sistemas se contagian y se entrecortan hasta que...
los olores quedan lejos
cuando se recuestan los infelices
oh! qué placer imaginar
las pieles envueltas en llantos monumentales,
las pieles chocando con otras pieles
mientras sudan el sudor de las nubes
los sonidos se vuelven sagrados
los gatos se lamen en el sillón
las jóvenes parejas se distienden en las camas
hacen el amor oyendo truenos
las moscas retoman su ida
a escupir, sucias, las muertes
a otras gentes
la muerte baila
el diablo manda tregua
no es bien recibido
el rey en el horizonte
sólo bastan las miradas
penetrando la mismísima ciudad
de viejos y jóvenes
charcos y cunetas
los miedos desvanecen las calles
se entrecierran los ojos crispados
se desnudan, ellos, los puentes
se sumergen, ellos, los mundos internos

Así son las cosas cuando llueve.
escrito en Oct./2012 aprox.

sábado, 25 de febrero de 2017

Nada

Nada es más satisfactorio que prender la tele, que no haya nada interesante para ver, que toquen la puerta, abrir y que pregunten “¿acá es la casa de Vicedo?”, decir, “no, es al lado”, volver y ver que en la tele empezó el festival Woodstock, transmitido por MuchMusic.

Nada es más místico que tocar la guitarra con cinco personas más que acaba uno de conocer, sentados todos en el piso, en una noche inesperada, que conviden con un vinito o una cerveza, que todos sepan las canciones y todos canten, pero repito, personas que acaba uno de conocer, y sin embargo, ver en cada uno de los otros espejismos de uno mismo y percibirse como si los conoce desde siempre, de toda la vida, y al rato olvidar que existe un afuera de esa ronda de personas, de ese espacio de piso.

Nada es más especial que ir a un recital y ver como los pies se salen del suelo porque la adrenalina es mucho más, y sentir a la gente apretujar, a todos contra todos, y estar en el medio del tumulto y los gritos, y percibir que ningún rato es más feliz que ese.

Nada es más satisfactorio que llegar a las 7 de la mañana un sábado, con los ojos y los pies rotos, abrir la heladera y encontrar una pizza que sobró la noche anterior, y bailar con la pizza en la mano porque eso no sucede todos los días.

Nada es más grato que divisar por el mirador cuando golpean la puerta, y no atender si no es alguien esperado o interesante, dar la vuelta y regresar al comedor como si nada.

Nada es más bello que comer mandarinas en el pasto con el sol de invierno a las tres de la tarde, recordando cómo se sentía tener cuatro años aquel verano donde tragar las semillas significaba que iba a crecer una planta en el estómago.

Nada es más hermoso que oler flores del patio escuchando Verde llano, de Spinetta, y bailando cual danzarín de las aguas marrones del Paraná, con milanesas de pollo cocinándose dentro de casa.
escrito en May./2011 aprox.

martes, 21 de febrero de 2017

Aborreceres

Podría recostarme en la pared
y mirar mi casa
casi escondida de la luz
ver
cómo todo funciona
como va siendo sin ser
y encontrar recuerdos
en cualquier parte
si se quiere.
Oler los olores de las veces
que pasó
el miedo por atrás
y nos cerró la puerta
para que nos olvidemos tranquilos
de todo.
Algún buen día habremos observado
sin conciencia
el abismo
permeable
del que nos embebimos.
Los vericuetos de mi casa
son antídotos
y ya no quiero,
no quiero ver,
lo que era hace un tiempo
algo cotidiano.
Apesta lo normal, lo común,
lo típico
que suele suceder en estos casos.
Las bestias
de las tripas…
No necesito esto, y sin embargo,
volví siendo
y ya no me fijo en mi duelo
sino
en mi pereza
para conservar los buenos recuerdos.
Porque prefiero salvar la anestesia
de encontrarme cierto día
con un sueño derramado
por un absurdo
y diciendo
hasta nunca
en silencio.
escrito en Oct./2014 aprox.

lunes, 20 de febrero de 2017

Un verdadero triunfo

La protuberancia de su ausencia, tan mística, tan llena
de felicidades...

Se suicidó, el día que empezó a ser lo que no era
se mató a mazazos, se hizo moco,
pensando quizás que en ese mismo cuerpo transportaría sólo la mentira que se fundó.

La ausencia de su voz, esa sal divina que es la ausencia cuando es rica en alegrías.
El vacío fundamentado por la tormentosa locura que la calma,
que vino
en su ausencia,
supo tapar.

La protuberancia, la sensatez, la silueta de su ausencia
esa que veo aún si lo cruzo en persona, caminando,
aún esa
que valoro inmensamente
como la mejor
de las decisiones tomadas.

La gloriosa ausencia de sus manos, infinitamente felices las mías tomando la botella de cerveza,
sirviendo en el vaso su frialdad amarillenta,
su composición, ahora, sin nada que lo delate.
Porque en compañía de su ausencia, no hay rencor, no hay miseria, no hay siquiera recuerdos, no hay nada,
hay sí la capacidad de amar cabalmente, de caer en una boca consensuada y nítida, y rica,
abierta
sincera
torpe en deseos
cálida.
Hay, un disco sonando que no lo recuerda absolutamente en nada,
que canta Time Fate Love sin siquiera dibujarlo; dibuja otras cosas,
mece otros instantes,
aclama el presente, sí.
Me ve
perdiéndome en estas letras, donde a medida que escribo a algo que no es,
que no existe,
me entrevero
en
el
olvido.
escrito en Jun./2015 aprox.

domingo, 19 de febrero de 2017

Colateral

Cada dos por tres se rompen las cadenas que encierran el vacío existencial
y todo lo abarca,
las pisadas, el fuego que prenden, las manos heridas, la escasa comida del día, el aire que respiran, la muerte del otro lado de la pared.
Todo ello da rienda suelta a la desesperación, inmediato ataque que aflora envilecido
y cada vez son más los que tienen que afrontarlo con los ojos vendados.
Cualquier censo sería erróneo porque cada vez que se les pregunta quiénes son, por dónde andan o cómo se las arreglan para vivir, responden con símbolos imposibles de comprender
la comunicación se ensucia y pervierten todo mecanismo que les evite vencer los deseos de ayuda.
Ecualizan sus automatismos, la velocidad del movimiento de sus ruedas dentadas, para cumplir fielmente la locura normalizada,
estandarizada, corrompida.
Y si hay uno solo, uno solo de todos ellos
que se despierta de sus sueños diferente y extrae de su propio vacío el afán de existir,
la muerte se enoja pero también se aleja
porque sabe que en esa ocasión no puede decidir.
escrito en Ene./2017 aprox.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Espejo-encuentro

En cada dedo existe una excusa para mancharnos las caras.
La señal de que todo fluye con total normalidad es justamente ser anormal entre lo corriente y la muchedumbre.
No quiero las rejas
quiero salir a ver todo con ojos exaltados y envilecidos.
Quiero sortear la muerte entre mis amigos y copas de vino.
Y que en cada dedo de cada una de mis manos se encuentre la huella correcta
del espejo que me mira y que ahora portan tus ojos
alma hermana que me lee y me ve
porque quizás es más fácil verme así
como contada en palabras.
Una ficción abarrotada de realidad
pero realidad infinitamente mía
como el espejo que me refleja en vos
y ahora es suerte, y ahora hay que esperar.
Porque si todo está fluyendo normalmente
vas a convertirte en poema y yo en mano con dedos que te escribe
y suerte de dedos que se cierran tomando en el puño el alma regalada
y dedos muchos dedos acariciando una espalda
y dedos muchos dedos jugando a descender
y dedos muchos dedos tocando una canción en la guitarra
como puente directo a la salvación que tanto nos merecemos.
escrito en Dic./2016 aprox.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Traducción

a qué me parezco si no es al cielo
en qué me diluyo si no es en mí misma
de dónde renazco si no es del caos
de dónde me alimento si no es de las utopías


no son autoalabanzas,
todos debemos sabernos así de milagrosos
escrito en Ene./2017

domingo, 5 de febrero de 2017

Mayores de 5 años abonan boleto

Últimamente creo más en mí y en esa estrellita que a veces se convierte en boleto, y en ese boleto que se convierte en una fiesta de boletos diversos dentro de mi bolso, y en ese boleto que, certero, aparece cuando aparece el inspector.

No es que yo sea fácil de convencer. Es que en ciertas ocasiones todo es heroico, salvaje, ameno y preciso, entonces aprovecho para perderme en felicidades que caben en una mano y en visiones que caben en un ojo. Así es como una simple mancha en el piso se convierte en un infinito universo, lleno de quásares, así es como una breve mirada con otro pasajero se transforma en una historia de casualidades cósmicas inevitables, así es como un segmento de sol en la cara se torna, en un segundo, en el frío de una sombra intrigante cuando el bondi dobla por Ávalos.

No es que yo sea fácil de convencer. Es que en ciertas ocasiones el héroe se llama auricular y la muerte se llama timbre y la humanidad se llama ceder un asiento y crecer se llama levantarse en el momento adecuado en el que faltan cinco segundos para llegar a destino, y descender.
escrito en Dic./2016 aprox.

domingo, 29 de enero de 2017

Elemento, lunar y boca

Quiero tirar la moneda al aire
que salga cara
que salga su cara,
amén de todas las estrofas de una
canción siempre inexistente, acá estoy
encendiendo la risa, quemando,
ultrajando a los cosquilleos internos
sólo por no morir.
Hoy, voy, doy.
Nada más para agregar, solo ir.
Vencer la niebla, lavarme la cara
dejar a un lado los preludios.
Así me despierto, así es el ritual.
No todo es tan simple a las siete de la mañana.
escrito en Ene./2017

viernes, 27 de enero de 2017

Dos pies

Dos
pies
miran
la
caída
de
una
lengua
en
una
boca
ajena
carnosa
mojada,
suerte
que
se
llevan
tan
bien,
piensan,
que
ninguna
se
resiste
a
la
otra.
escrito en Ene./2017

viernes, 20 de enero de 2017

Los poetas no bailan

los poetas no bailan
se duermen en plazas
beben y fuman en las ventanas y veredas
juegan a quién se muere primero
saben de la luna porque a ella adjudican
sus más preciadas mareas
saben de la lluvia porque en cada gota
ven caer una nueva poesía gris
saben de la primavera
porque de ella sacan las flores con las que inventan
sus palabras multicolores
saben del viento porque son el viento...
pero los poetas no bailan
bailan sus ojos
después de tantas cosas vistas
pero ellos no bailan
bailan sus cabellos
porque ahí es donde portan y transportan
los dobles filos
las peleas internas
los amores
las escondidas
los desastres perfectos
la soledad
escrito en Dic./2012 aprox.

miércoles, 18 de enero de 2017

Sutilezas

Como todo lo imperfecto que nos cubre
una bandada de pájaros imperfectos
nos derrota,
nos traduce las leyes de los cielos
que están pintados de la dulzura,
del misterio de la luna
y del color que respira el mar.
Pero que son tan inalcanzables.
Tan.

Sobre todo en la primavera
que va recibiendo al verano,
ya se va a florecer el viento,
ya se van a remontar los barriletes
que tanto se quieren ir, que tan amarrados están
por hilos, a la tierra.
Pero se quieren ir.
Van.

Entonces el dueño
de la masacre temporal,
del arremolinado fantaseo
de helicópteros llenos de magia
que sobrevuelan las cabezas que creen,
que creen en algo, sabe
que es hora de soñar.
Sabe que es hora de soñar,
y sueña.

(Ya se fue a dormir
ya se fundió en sus sueños, ya será luciérnagas.
Vino fino, sutilezas, ya se fue a perderse quién sabe dónde.
La caída, el golpe, son sólo momentos.
Lo eterno es la sensación que dejan.)
escrito en Abr./2013 aprox.

lunes, 16 de enero de 2017

Días de...

Big bang retroactivo
taper ilusorio
bostezo animal y desgarrador...
Posición del abrazo
algunosdíasatrás.
Aroma frío
sistema dentro del macrosistema sucio.
Otro bostezo, y va.
Estómago con audio
dureza, cervical paralítica
doscientos años luz de tensión.
De a poco, ensueño,
mientras entre el mientras (todo es "mientras")
almohada incómoda, o incómodo cuello.
Puerta abierta
siempre llegar tarde, ya es ley.
Dos o tres horas de puntos
y más puntos esparcidos.
Quiebre, vos, viaje mental,
más viajes, eternidad.
Súplica, otro viajesúplica.
Dedos a mil, horas,
búsqueda cabeza abajo, taquicardias.
Túnel en viaje de ida.
¡Puf! y de repente
el mundo.
escrito en May./2013 aprox.

domingo, 15 de enero de 2017

Remolinos

En el tiempo que dura un beso en la mejilla
sentencié cada segundo que me fue dado,
recordé cada terminación nerviosa en llamas,
invité a cada vorágine a reconvertirse,
en el tiempo que dura un abrazo apretado
juzgué todas mis noches y ningún día,
celebré la esponja del cosmos,
ansié la vida, como un frasco lleno de semillas.

Abandoné
la
consciencia
en un instante,
eterno y bello instante sin sonrisas,
confiando en los dedos, en las palabras,
en los gritos que provenían de su alma.

Adquirí cierta fuerza en el recorrido
y un amor inmenso por el cuerpo, por la sed y el desparpajo.

La muerte llegó un día
hasta mí,
me susurró los secretos más inesperados,
olvidó mi olvido, envidió mis envidias
quiso vivir mi muerte y
morder el infierno
pero nuevamente llegaron el beso en la mejilla
y el abrazo apretado
y ya no hubo
tiempo que medir
ni muerte
que esperar.
escrito el 04/Ene./2017

miércoles, 4 de enero de 2017

Maldición, va a ser un día hermoso

Estoy
recolectando la basura existencial de campañas políticas
basura que no se puede, siquiera, reciclar,
fantaseando con el noticiero que voy en algún bondi
por Avenida Gral. Paz con mi cabeza en tu hombro
(pareciendo el destino más importante que la marejada
de los vuelcos que me hicieron desperdiciar tantos años sin mutarme),
y que chocamos contra el auto de la primicia, y que se arma un gran embotellamiento
y que mientras caigo en el choque y mi frente se golpea contra un asiento,
la cara de Massa me flota en un cartel
y pienso "si me muero, no iré a votar una mierda".
Quizás mejor, a la bosta el sufragio, a la mierda la fantasía;
tus ojos verdes están mirando un paisaje en una ventanilla
a no sé cuántos cientos de kilómetros
y mirarán después el celular, y después nuestros mensajes sexópatas.
Estoy
memorizando los vaivenes del aprendizaje-a-distancia
como un curso por iutúb-onlain,
ensombreciendo la cueva donde vivo, aunque sea de día
para que las formas un poco me recuerden la silueta
que se formaba con la cortina que nos miraba cuando atardecía.
Vaya que sí, que no cuesta nada
el cerebro anda solo, solo y perseverante, es su auto-atentado,
y es así como se desarma ante la fecha, la política,
la cortina y lo imaginado,
pero el bondi, tu hombro, y ningún choque,
todo eso es más real que el día y el sol pegado al asfalto.
Mi cerebro, qué más da, puede imaginarse que sin embargo cae nieve,
porque siempre hizo lo que se le canta, el muy puto.
Y hoy te ve, y ahora te recuerda
y le dice a mi mano que te escriba, que sí,
que te diga
que te mando un abrazo por cada kilómetro.
escrito en Mar./2015 aprox.

martes, 3 de enero de 2017

Punto fijo

El ruido de un charco atravesado por un auto.
El televisor que muestra imágenes en mute.
El brillo de la llovizna que estampa la calle plateada.
El sonido que viene desde la cuchara que choca con las paredes de la taza.
Un corrupto miedo que ensancha los poros.
El fino hilo que ata cada lado de un precipicio de tela de araña.
El motor de la heladera que aturde.
Una almohada que se moja impávida.
Un cepillo de dientes que yace caído en el lavatorio.
La pantalla de una computadora que apesta.
La insondable constancia del reloj que manosea al tiempo.
El sahumerio que se esfuma en expansión sinuosa y perfumada.
El acorde de una canción de los Beatles que minimizan las paredes.
La olla con tallarines que avisa el hervor.
¿Cuánto tiempo pasó? Quizás fueron dos minutos, dos horas o dos días.
El estado de las cosas no me importa ni me satisface.
Sólo pasa que no me he dado cuenta.
Sólo pasa que todo puede pasar, indiferente a mí,
y fecundarse
mientras el espejo de reojo refleja mi imagen
inexistente
que mira un punto fijo.
escrito en Sep./2014 aprox.