jueves, 20 de abril de 2017

Arabescos raros

Convencimos al unísono, al miedo insospechable;
ya quiero dejar de usar la palabra miedo
en mis regurgitaciones hiperbólicas que terminan en letras editadas.

Después hicimos eco en los aplausos
hacia nuestros abrazos.

¡Qué arabescos raros tienen los deseos!

Podríamos ser hipocondríacos con clase,
bastardos mirando novelas mexicanas,
pero no,
porque la basura nos espanta
y la marea nos atormenta.

Pudimos ser, y seremos,
seres astros pieles brazos
etcéteras y etcéteras
(arbolitos con canciones)
que se perpetúan
y se extinguen
mientras nace un día nuevo.

¡Pero qué arabescos raros tienen los deseos!
escrito en May./2014 aprox.

miércoles, 19 de abril de 2017

Pan...queso

Creció el frente de onda
en canales impuestos por hermandades
que cósmicas y siderales
marcaron el camino hasta encontrarnos.
Los pies se fueron deshaciendo
hasta mimetizarse con la tierra,
desentramando los hilos anudados con sólo
animarse a cruzar
(pan...queso...pan...queso).
La carne se vio a sí misma omnipotente
y así fue.
Enredó toda ciencia en una ley,
en un teorema, en un conjunto de axiomas,
en este amor que puedo demostrar matemáticamente
como la ley cero de la termodinámica
lamiendo tu calor.
Es simple conexión inconexa de dioses,
amatoria descomposición de dedos,
caligrafía de tu lengua en mí,
senderos que sigue tu mirada
posándose en el vaso, sirviendo el brebaje,
tobogán de algoritmos inciertos
y glosarios acertados que invaden
todo concepto previo.
Así de simple se complica lo elemental,
así hoy estás y no estás, así la vida,
así el imperio del otoño se avecina,
así el viento nuevo arremolina,
y deseo esta soledad y esta compañía
así de dual, así de furtiva
angustiosamente tuya y mía.
escrito en Feb./2017 aprox.

martes, 18 de abril de 2017

Cielo de ti, cantó Spinetta

Un
cielo
como
el
de
ahora
es
terreno
pulcro
clave
lisérgico
hambriento
fértil
perenne
paradisíaco
en
donde
puedo
recostarte
cantarte
mirarte
untarte
en
jalea
de
dioses
y
llevarte
al
magma
del
centro
mismo
de
la
tierra
en
un
solo
abrazo
escrito en Feb./2017 aprox.

miércoles, 5 de abril de 2017

Inexistencia

Encima de cada una de mis piernas está el fuego
el mechero es una mano
y la contienda se quema despacio.
Sofocando las células, se transporta la llama,
destruye lo que encuentra a su paso,
hace olvidar que mi alma es pura agua.
Distiende la piel, la hace lozana y oscura
abrasa el pubis y la lengua
disuelve a cenizas el limbo.
Ahora el tiempo se vuelve
catarsis
adrenalina
dopamina
escalofrío
éxtasis
inexistencia.
escrito en Feb./2017 aprox.

martes, 4 de abril de 2017

Tres tiras

Me da pena, de verdad, me da pena. Tiene varios colores y tiritas. Tiene onda.
Y lo compré con ilusión, fue como comprar un puñado de chocomaníes, fue como volver a la niñez, y pensar en el cielo; quizás llegase allá donde mi abuelo nos espera. Quizás quedaba atascado en él, y lo traíamos de vuelta para acá. ¡Quién sabe!
Por eso me da pena, mucha pena. Porque esas cosas nunca se corroboran, porque siempre pasa algo antes. Y en este rincón oscuro e insólito, donde me encuentro, con ganas de tomar cerveza hasta perder la conciencia, hasta perder el orgullo, hasta perder lo poco que me queda, hasta perder, sólo pienso en él. Nunca lo estrenamos, pobre. Quedó ahí, enrrollado, y quién sabe hasta cuándo.
Me da pena, nos habrá quedado mirando tantas veces, y eso que lo llevamos al río, pero nos olvidamos un poco de él porque la pasamos tan bien, tan abrigados en nosotros, en un fueguito. Tan simbióticos comiendo pizza y tomando cerveza enfriada con el agua de río...
Igual, en parte, quizás mejor para él, porque... Mirá si lo perdía, no, mirá si lo perdía como una vez donde hicimos volar uno tan lindo, tan bien, que se me fue de las manos de tanto viento.
Todo en esta vida tiene su simbolismo, o al menos yo lo encuentro. Y me parece que en este caso, me da pena por una razón que acabo de descubrir como inconclusa pero casi precisa. Una conclusión muy sencilla y olvidable, y con tintes melancólicos, que más que conclusión es intento de explicación de algo que no se puede explicar: siempre vamos a ser ese barrilete que quedó sin remontar.

escrito en Ene./2014 aprox.

lunes, 3 de abril de 2017

Perseidas

Aparecé, noche
con tus alientos calmados
y la rapsodia de la desolación.
Aparecé, lluvia
adelantada en las cosas
mate en la mano, ventana abierta.
Aparecé, noche
que no hay techo que valga
que no puedo verte, carajo.
Aparecé, estrella
que no existe el cielo
en este caos de oscuridades.


(vi tantos monos, nidos, platos de café, canta Spinetta)
El origen de los mundos, bastaron para sofocar una peste
las estrellas no sonríen más, pero hay una sola
que todavía me da una mano
de vez en cuando
(guarden bien tus manos esta libertad, canta Spinetta)
Y cuando el sueño valga la pena
ya habrán pasado años, meses o días, como sea, muchos
y no estaremos ni acá ni allá, no seremos enfermos paseantes
en las pistas donde Perseo se jacta
de consumir historia
(Y te amo tanto que no puedo despertarme sin amar, canta Spinetta)
escrito en Ago./2014 aprox.

sábado, 1 de abril de 2017

Nefasto

Me agrada la palabra nefasto; es decir, me gusta cómo suena el “fas” antes del “to” y se le puede dar varios grados de énfasis cuando se quiera. NefÁSto, nefasto, Ne-Fas-To, etc.
Nefasto no es una palabra demasiado usada, y eso que hay muchas cosas nefastas: la corrupción, la discriminación, la desinformación, la inopia.
Referenciando a los días, épocas o eras, también se las puede adjetivar como nefastas cuando se desarrollan tristes y funestamente. No lo sé con seguridad, pero deben ser esas épocas vacías, inoperantes, o desgraciadas.
Asimismo hay personas nefastas; la real academia también dice que son detestables. Bueno, claro, ser nefasto nunca es agradable, transportar la infelicidad y derramarla a los demás no es algo apaciblemente recibido. Al contrario, quizás emergen las tristezas personales en contacto con un nefasto y ya ni siquiera se puede llegar a pronunciar bien el fas antes del to al sentir tanta desdicha.
Yo sé bien que esta palabra empezó a circundar en mi mente hace no mucho, y bueno, la analicé, un par de veces la grité para escucharme diciéndola y me empezó a gustar su fonética, como la palabra tobogán, por decir algo.
Pero su significado específico no había llegado sino hasta suceder recientemente un claro hecho que marcó el inicio de la conciencia de la persona nefasta, y como resultado, el fin de una época nefasta.
Claro, esta palabra aparece en mi cabeza de dicha forma, porque fue la que nació naturalmente cuando me di cuenta, cuando me quebré la frente en dos, cuando me di un sopapo, cuando me desperté de un letargo, cuando me quitaron las vendas, cuando florecí los sentidos muertos, cuando abrí los ojos, al fin, ante vos.

escrito en Dic./2014 aprox.