jueves, 10 de noviembre de 2016

Bomba de tiempo

Ya no me queda resto;
el módulo insolente da vacío
el insomnio de las letras
ya no me recuerdan cómo escribir.
Y acá estoy, como una bomba de tiempo
pero que ya explotó
y que busca la vuelta
mira sus ojos, se marea,
prueba la sal de la salsa.
Busca.

Ya no me queda resto;
los días se volvieron insulsos
pero no es que yo quiera eso.
Los procesos derivan en cambios,
los cambios son necesarios,
las necesidades son imprescindibles.
Pero el error es pensar
que las necesidades propias
a los demás han de importarle.

Juego al truco con mi almohada;
casi siempre me gana con el ancho
y después duermo con miedo
como si al otro día
se levantara de mí otra cosa
no yo
no yo sino una bomba-de-tiempo
otra vez descontando
la próxima explosión.

¿Y si todo fuera distinto un día?
¿Y si ya no necesitara buscar entre los restos?

Porque ya no me queda resto;
nada vívido se asoma a darme una mano
tengo miedo
pero sueño
que se corta el cable
se apaga la bomba
se disuelve
no llega al ¡pum!,
no alcanza a romper todo a su alrededor.

Porque ya no me queda resto;
y no sé qué hay después del salto
pero cuando me asome a ver
y me vea a mí,
y no a una bomba de tiempo
puede que no extrañe para nada la pólvora,
ahora extirpada en el aire
vacía de cambio
inerte en el cemento
luego de la explosión;
yo exiliada y renacida.
escrito en May./2014 aprox.

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