no harán más que esperar como yo
y escribir,
y moverse al compás de mis palabras
dichas a nadie.
Dejo mi boca en pausa:
no besará, no hablará, no lamerá
hasta que se alineen los planetas.
Dejo mi piel en punto muerto,
no se erizará mientras dure
este insomnio a tiempo completo
de las vértebras de este artilugio
montado por el mundo, para nosotros.
No serán, en esta interrupción,
oído voz piernas vista lengua
acariciados,
meramente porque todos y cada uno de ellos están
involucrados en la espera,
sin olor sin sabor con dolor.
Cada poro actuará y pensará
acorde a la mísera condición
de soportar la quietud, soslayar el reloj,
examinar la verdad, someterla ante el dolor
en cada ¿Por qué?
Incluso cuando no importe el porqué
y se quiera salir corriendo hacia algún abismo cercano.
Cada protoplasma de tinta
brotará de mil lapiceras.
Una escribiendo, otra arrojándose al papel entero tachando.
Dejo mi alma detenida;
por eso no sería raro
que parezca dormida.
O aún, muerta un poco.
Dejo mis deseos en stand by;
no se me ocurre tocarlos,
tampoco abandonarlos
tampoco mecerlos conmigo
en este – casi diría - insólito reflexionaresperar,
por las dudas
que se estropeen.
escrito en Abr./2014 aprox.
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