domingo, 30 de octubre de 2016

En vilo

En este mundo desparejo
no se salva ni el loro.
Está el que se pega un tiro en las pelotas
y el que se deja crecer el egoísmo hasta el piso.
Está el que se esconde detrás de todos sus fantasmas
y está el que absorbe la luz de los que tienen fama de ídolos.
Está el que se lamenta por no tener alguien con quien dormir
abrazado
y después cuando lo tiene, le escupe en el ojo izquierdo
y se lamenta luego
no por haber dejado de lado el concepto y el pretexto y el aspecto y el objeto
del amor que tanto pedía.
Sino porque se le subió la desolación a la estrepitosa cabeza,
y hace uso y abuso de ella, pero sólo
para arrastrar a los pájaros,
para hacerlos malditos.
Porque esa cabeza idiota, en este mundo desparejo,
es un peligro, un arma, un vector que siempre anula
que siempre se opone.
Que siempre indica la dirección de la nada.
En este mundo desparejo
no se salva ni el loro.
Y no es que morir sea el problema, para nada lo es.
Es más difícil pretender la vida
como se pretende un beso; justo justo cuando se lo necesita
y se toma muy a pecho el desafío
de creerse justo y en cambio
cae despatarrado el presente, en un manojo de escombritos.
Es que en este mundo desparejo
no se salva ni el loro.

Igual es una gran gran pena
porque podría haber sido diferente.
escrito en el 2013 aprox.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Trashumante

Acerca una de sus manos vacías.
Contempla el viento del norte que trae aroma a cítricos
se desata en él un caótico sentir, una fiebre,
siente sus yemas como fuego vivo
entonces es cuando acerca una de sus manos vacías…
roza la frente de ella, hablan despacio muy despacio entre sí
las huellas dactilares con los cabellos marrones rojizos,
descienden los dedos como en un desierto de sal,
deciden apunarse sobre la montañosa nariz
hacer un breve descanso en la cima y retomar el camino de bajada,
bordear los labios como si constituyeran
un cráter volcánico misterioso a punto de explotar
pero luego los acarician despacio
comprendiendo que no es volcán sino puro y rojo río, lleno de peces
y es allí donde entiende
que ningún lugar queda lejos, que no hay norte ni sur
que todo es circular
que ama la geografía de cada lugar, de ella,
y la mano se mueve haciendo caso a esos pensamientos,
salta lunares, y se desvía por el mentón hacia un lado
se inserta en la llanura extensa del cuello
y se topa, en breve, en un desierto con dunas inhóspitas hasta
que comienza la subida.
La piel en este rincón es como un verde llano: muy fácil de caminarlo,
los dedos serpentean cada pezón
los envuelven, los hipnotizan con el tacto,
los erizan y los traicionan, los buscan, los pierden.
Hasta que cae en el ombligo la brisa del jadeo.
La mano ya no está vacía, la mano ahora es abrazo
la mano ahora está llena, concisa, vibrante, la mano ahora
deja marcas.
El viaje sigue, los dedos son trashumantes eternos
sin el azul del tiempo,
olfatean los nuevos rumbos,
no se limitan a los límites, paralelos y meridianos,
hablan todos los idiomas, saben todas las rutas, conocen todos los parajes,
no sacan pasajes, sólo caminan.
Bajan sobre el trecho que los llevan
desde el comienzo del abdomen hasta el pubis,
se entremezclan con la humedad amazónica
absorben la vida, la madre-tierra, el simbolismo indio,
la soledad del río, el mismo paisaje que visualizaron cruzando la boca,
investigan la dulzura, el terreno sin espejismos,
el claro y fresco sendero
que los lleva a una cueva llena de cascadas y vertederos,
de fertilidad, de bosque, de cuenca
espesa, tibia y solemne.
Sólo se detienen un momento allí
luego recorren las dos largas extensiones arenosas,
con fragancia a playas
impasibles de palmeras y caracoles,
las piernas,
blancas y arrolladas levemente
cuales laberintos, que la mano ya llena, ya extasiada de tanto mundo,
ya colmada de tanto punto cardinal,
roza consciente de la travesía por cada poro
y se divierte trepando la colina de una rodilla,
consolidando el siguiente paso en la pendiente nula de la tibia
saboreando lo rocoso del tobillo
hundiendo las yemas, de a poco, entre los dedos de los pies,
mientras ella, es decir el mundo,  es decir su mundo,
se desliza apenas, se despierta,
se despereza
y le sonríe desde la almohada llena de gaviotas.
escrito en Jul./2016

sábado, 22 de octubre de 2016

Hamor

¿Cuántas faltas ortográficas tiene la palabra amor?
Considerando que posee cuatro letras,
podría llegar a tener casi trescientas faltas de ortografía,
dependiendo a su vez,
de qué integrante de la especie humana
la esté corrompiendo,
la esté usando,
la esté llevando a escribirla
cada vez peor.
escrito en Dic./2012 aprox.

viernes, 21 de octubre de 2016

Sinónimos

El sinónimo de ilusión es sueño. El sinónimo de sueño es fantasía. El sinónimo de fantasía es quimera. El sinónimo de quimera es utopía. El sinónimo de utopía es fábula. El sinónimo de fábula es parábola. El sinónimo de parábola es narración. El sinónimo de narración es cuento. El sinónimo de cuento es relato. El sinónimo de relato es descripción. El sinónimo de descripción es delineación. El sinónimo de delineación es croquis. El sinónimo de croquis es esquema. El sinónimo de esquema es esbozo. El sinónimo de esbozo es borrador. El sinónimo de borrador es apunte. El sinónimo de apunte es extracto. El sinónimo de extracto es sinopsis. El sinónimo de sinopsis es argumento. El sinónimo de argumento es demostración. El sinónimo de demostración es evidencia. El sinónimo de evidencia es certeza. El sinónimo de certeza es claridad. El sinónimo de claridad es transparencia. El sinónimo de transparencia es nitidez. El sinónimo de nitidez es perfección. El sinónimo de perfección es excelencia. El sinónimo de excelencia es elevación. El sinónimo de elevación es cima. El sinónimo de cima es cúpula. El sinónimo de cúpula es domo. El sinónimo de domo es arco. El sinónimo de arco es cimbra. El sinónimo de cimbra es bóveda. El sinónimo de bóveda es cascarón. El sinónimo de cascarón es coraza. El sinónimo de coraza es defensa. El sinónimo de defensa es protección. El sinónimo de protección es armadura. El sinónimo de armadura es cubierta. El sinónimo de cubierta es forro.

…Y así es como pasaste de ser una ilusión, a ser un forro.
escrito en Sep./2010 aprox.

jueves, 20 de octubre de 2016

Bajan

Subte Línea C, alboroto y apretujamiento
tu brazo eterno en mi cintura
y los cuestionamientos del mundo.

La salvajada porteña con los brillos de ciudad enorme y escandalizada,
la naturaleza muerta de esos dos que venden pañuelitos y chocolates,
la simbiosis perfecta entre equilibrio y musicalidad
del guitarrista que le pone onda en el pasillo.

Y yo pienso pibe, y yo pienso
¿qué se le va a hacer?

Si ese cover de Spinetta es lo único
que me ha salvado la vida en el subte.
escrito en Abr./2015 aprox.

miércoles, 19 de octubre de 2016

La hipotenusa que lo parió

Sinceramente las tangentes
y tu lánguido agudo ángulo
han sabido perturbar
los cosenos insaciables.

Y aquel recto camino que eliges,
triángulo de las bermudas playeras,
hace estragos en la galera
de donde mágicamente capturo
los senos al cuadrado
y la secante erguida.

Más que valor se necesita
para entender a los ángulos,
ya sólidos, no planos,
y seguir como si nada.

¡Ya cállense, catetos
no hablen de adyacencias!

Entonces es cuando le grito al oído
a las tangentes y demás,
que don Pitágoras es un genio fumado
post-Tales de Mileto y pre-Platón,
que se fue despacito
a la hipotenusa que lo parió.
escrito en Sep./2008 aprox.

domingo, 16 de octubre de 2016

Satélite

Salí a ver su perfección circular
sólo para eso, para observar.
Benditos mis ojos y benditas todas
las cosas que no se interpusieron
entre nosotras.
escrito el 15 de Oct./2016

sábado, 15 de octubre de 2016

Tal vez un poco

Otra vez la tele apagada, otro día
así,
porque no me convencen
ni las noticias, ni las novelas, ni los chimentos, ni los programas
de desafíos de preguntas y respuestas,
a lo sumo me cuelgo en canales de música
pedorros
y en canal Á o Encuentro
mientras trato de absorber el arte del día.

De última, coloco un disco viejo
de esos que se estrenaron en los 60 o 70
y me dedico a no pensar.
Ya que me parece más sano eso
que infiltrarme en la memoria,
perecer más que permanecer,
y odiar la etapa de mi vida
donde me dejé ganar.

Sin embargo, busco
algo más que un gol de media cancha
con un 10 que no soy yo.
Busco la meta, el cruce, el choque
que necesito todo el tiempo
para que la desdicha y la dicha me sean justas,
y tal vez me amen
un poquito.
escrito en Feb./2015 aprox.

jueves, 13 de octubre de 2016

Corporeidad de la muerte

A la muerte le gustó esa casa y esa piel y dijo, "bueno, ahí me quedo". Así es la muerte y no importa si es martes o qué sé yo qué día. Los de este lado nos decimos cosas que no tienen mucha coherencia, mientras tanto, para variar.
La muerte dice "tal hora tantos minutos" y los anota en la mente de las gentes. Los de este lado nos solemos poner tristes o con cara de solemne desolación.
La cuestión es esta: uno no se pone triste por la muerte en sí. Nadie se puede poner triste por algo que no sabe lo que es. La tristeza viene desde otro lado.
Si te dicen "falleció", quizás no caés en la medida de lo que es "fallecer", morir, no sabés, la definición no científica de esa palabra nadie la puede formular. Pero cuando entrás en su casa y esa persona no está, la muerte se hace presente minuto a minuto, el aroma cambia, la sombra que sentís te invade, no está, no está y es diferente a un abandono, a una pelea, a un viaje. Es distinto porque no tiene retorno, al menos en esta vida. Y la muerte toma forma, color y movimiento, y acompaña recuerdos que saltan a la primera conciencia como visiones elementales y vívidas.
La muerte dice "ya está", pero los de este lado lloramos la ausencia física, la voz, las manos, la risa, los cabellos; en el fondo, la muerte es un hecho o un concepto del que sólo conocemos el nombre: muerte. Nada más. Los de este lado no soportamos que la presencia espiritual de esa persona que siempre estuvo acompañada de la presencia física, a partir de ahora se quede sola... Que a partir de ahora no llame más por teléfono, no tome más amargos, no llame al perro con silbidos, no encienda la radio todas las mañanas, no diga "cuando yo me muera, no me llores".
escrito en Oct./2012 aprox.

martes, 11 de octubre de 2016

Qué decir

Qué decir de la bruma viajando por el mar, de tus vientos lejanos.
De la mirada tuya de siempre o perdida o con sueño.
Qué decir ya sin fuego que prendimos una vez, pero una vez nada más.
Tal vez una noche, tal vez el cosmos, pueden decir algo.
Qué decir del sur del alma y del oeste de tu ser.
De la sombra y del tiempo.

Qué decir de una vez o varias en que me despertaste,
del sueño del verano en pleno invierno
con la voz del Flaco y de nuevo tus vientos.

Me quedó ahora sólo un poco de brisa y me dio un respiro
y me secó la cara porque no sé qué decir.
Si quisiera ver el aura del aura de tu aura y ceder un poco,
no correría como el viento pero sí tendría algo que perseguir.

Qué decir de la niebla de tu delirio constante y de la paz.
De la física de tu voz y del centro de tu elipse, ser yo.
Qué decir de crecer, o contar como un niño que sólo llega hasta diez.
No temo, no huyo, pero no sé qué decir esta vez… somos muy iguales a pesar.

Qué decir de las ciencias, del arte, de los hippies, de los 70.
Qué decir del sonido que no cuesta. Melodías de un cuaderno lleno de
porquerías y conexiones perversas.
Qué decir de tu embrujo.

Te sentás a mi lado y siempre es igual
no existimos ni acá ni allá, sólo somos
cuando hay birra… cuando hay fuego…
cuando no sabemos qué decir.
escrito en Ago./2008 aprox.

lunes, 10 de octubre de 2016

Canción que escribí un domingo

(canción que nunca tuvo melodía)

En esta canción te celebro
las palabras perdidas
la silueta encontrada
con tu fatal miedo de ser sincero.
Para colmo de todo
lo que en vano se pregunta
me surgió la nueva duda
de seguir acá siempre
o irme a otro lugar
con otros sitios para florecer.

Quedarme a sonreír es
un poco más angustiante que morir.
Por ellos, por vos, por todos,
cada vez que se sale una pieza.
Prefiero tomar un trago
con la soledad,
antes que impartir confusiones y falsedad.

En esta canción te dibujo
alas, puentes, libélulas,
te dibujo nuevamente
solo con garabatos.
Después te borro,
para descubrirte luego en otra canción.
Si sostuvieras que es tan sencillo
ser fuerte
te creería bastante,
aunque veamos débiles en todos lados.

Quedarme a resistir
es un poco más necesario que morir.
Por ellos, por vos, por todos,
cada vez que se sale una pieza.
Prefiero tomar un trago
con la armonía,
antes que impartir lo que más cómodo se nos da.

Quién sos quién soy
no tiene importancia.
Si esta canción
ni melodía tiene
para qué preguntar.
escrito en Oct./2010 aprox.

viernes, 7 de octubre de 2016

We can be heroes

Somos calesitas, giramos, mecemos.
Ardemos en infamias, nos suponemos países,
ciudades, cementerios.
Planificamos todo, no cumplimos nada.
Regalamos semen, heridas, sangre.
Pero cuando estamos cara a cara, nos quedamos mudos
no somos nada porque las influencias nos aplastan.
Sin embargo, yo creo en la plenitud de nuestros ojos
al mirarnos felices entre sucias mejillas,
y mientras haya cervezas,
y mientras exista un bar oscuro donde pasen rock,
podemos ser héroes.

Te lo aseguro.
escrito en Sep./2015 aprox.

miércoles, 5 de octubre de 2016

martes, 4 de octubre de 2016

La humanidá

Escucho las voces hablar del mundo, de este mundo
como si todos supiéramos dónde estamos parados,
en lo imprescindible de una marea de personas, gatos, edificios y señales
nos metemos en las cabezas los teoremas siempre dichos
y desparramados y repetidos, y nunca demostrados.
Hablarnos de todo lo que no sabemos ni de nosotros mismos
nos volvió tan predecibles como lo es
un escritor con unos mangos encima: sabemos de antemano
que se los va a gastar en birra.
Nos volvió tan verborrágicos como la señora desconocida
que se te pega en el bondi para contarte su vida y obra
mientras encima te toca ir parada.
Nos volvimos un requisito esencial para generar psicosis,
como es requisito esencial tener voz de pito para cantar bachata.
Nos volvimos irreparables
como la costumbre,
como las cenizas de los deseos,
como todo lo que rompemos cuando tocamos.
Nos volvimos inconscientes de lo que tenemos alrededor
y sabiondos de las reproducciones diarias de bocinazos, gritos, y oficinas con cafeteras.

Ahí estamos, comiendo porquerías y sanando el cuerpo con medicamentos innecesarios,
porque lo único que verdaderamente nos salva,
no lo tenemos a la vista,
y si lo tuviéramos posiblemente ya lo hubiéramos arruinado.

La humanidad, gente, es esa derrota anticipada de la naturaleza
que hoy llora en los bosques que ya no quedan;
la humanidad, gente, siempre anda al revés
siempre buscando métodos a los sentimientos,
siempre colocando etiquetas a las pocas cosas que nos quedan
para saborear y amar sin trámites.
La humanidad
es una pelota gigante de voces que a veces vomita, a veces sangra
para todos, para nadie, para uno mismo.

El verdadero universo que buscamos, en cambio, es ESO
que empezará el día que nos toquemos sin mirarnos de reojo,
que paseemos el alma delante de los demás para que la vean
la acaricien, la admiren, la acompañen
y la llenen de música, de abrazos, de mates amargos con menta,
de sábanas y cucharitas, de emociones, de teatro, de arte, de bares,
de voces de verdad,
de las voces que no son de este mundo,
de las que no suelen escucharse cerca de los carteles de negocios de ropa,
de las que no saben realmente dónde estamos parados
pero tampoco
tienen miedo.
escrito en Feb./2016 aprox.

sábado, 1 de octubre de 2016

La manifestación

Ella se reía en un cubículo espantoso
demasiado tormentoso para causar risa,
pero era su manera de tapar los nervios,
era la manera en la que creía controlar lo incontrolable.

Se rompió la frente con un mazo de cartas,
como si un tarot benévolo se burlara de su mente
y se rindió ante el azar incompleto como siempre
y unos brazos ardieron apretándola de repente.
Y se quedó boquiabierta contemplando el aire.

No era un suicidio.
Era, por fin, el verano.
escrito en Nov./2015 aprox.