miércoles, 27 de julio de 2016

Cosas inentendibles

Los bocinazos en cadena.
Los bocinazos cuando hay una fila enorme frente al semáforo.
Los bocinazos.
El fanatismo hacia un político.
La ceguera que resulta del fanatismo hacia un político.
La esclavitud de las oficinas.
Las oficinas que no tienen ventanas que muestren la lluvia.
Las oficinas que no tienen ventanas.
Las oficinas.
No haberte conocido mucho antes.
escrito en Dic./2015 aprox.

lunes, 25 de julio de 2016

Burocracia

Burocracia
tortuga infame
burlona correlación de abismos, inmutable discreción
Dios me guarde y me libre de esto,
me archive,
me fotocopie,
me duplique,
me selle,
me firme,
me lleve en carpetas,
me devuelva a la secretaria,
me vuelva a firmar,
me pida comprobantes,
y finalmente
me cobre lo que ya no me pertenece,
lo que no tengo
y no voy a tener jamás.
escrito en Mar./2016

domingo, 24 de julio de 2016

En efecto

Tantos euclídeos sentimientos
van brotando de ciertas partes,
y se estrechan las dimensiones
existentes entre tus paredes y las mías...

Pero he descubierto que
es en vano transmitirte algo.
Tus adiabáticas y censuradas
paredes intransferibles
hacen que reboten
todos los acercamientos posibles.
Y tu entorno se confunde,
se llena de puntos
continuos e infinitos,
y marean.

Si yo fuera una superficie Gaussiana
que te rodee
por completo,
no te sentirías
cargado, electrizado.
Pero aún así aseguro
que algo te influiría,
una especie de corriente,
o quizá un simple movimiento
que haga desaparecer
la monotonía de tus días.

Y finalmente en cierto estado,
se disuelvan tus paredes,
te permitas fuerzas eléctricas,
flujos, calor,
y cargas positivas
que se atraigan con mis lados
negativos.
escrito en Mar./2010 aprox.

miércoles, 20 de julio de 2016

Cosas que trazan

Tracé tangentes en mis oídos,
y en la panza birrera de mi vecino.
Tracé infinitos planos oblicuos
que asomaron de mi intestino.
Y hoy no sé...
cómo parar de trazar.
Newton en sueños me dijo:
"que no te distraiga Van Gogh"
y Pascal me guiñó un ojo
porque quiso hacerse mi compinche
mas yo sin pestañear le dije:
"dejame de joder con tus ideas",
y me propuse fabricar oxisales
con iones de sulfuro.
Pero ayer me topé con un paraboloide
que me hacía muecas raras,
y tenía muchas derivadas
escondidas.
Entonces lo amenacé diciendo:
"no me rompas, que te destruyo
y te integro con el teorema de Green".
Después fui y me compré un helado sabor flan.
escrito en Ago./2009 aprox.

martes, 19 de julio de 2016

Nadie quiere perder el colectivo

El que me traslada se acerca a la parada
y siempre es lo mismo,
existe una parte de los transeúntes que corren,
corren despavoridos hacia el bondi
corren como si el chofer fuera Maradona y todos quisieran pedirle una foto
corren como si de ello dependiera la vida,
manoteando la tarjeta del bolso,
corren como una maratón
de laburantes
porque perder el colectivo significa llegar tarde al trabajo,
o desde un peor punto de vista, significa esperar más
y todos sabemos que a nadie le gusta esperar.

Nadie quiere perder el colectivo
porque perder el colectivo también significa
perder
el tiempo
y entonces el bondi es un indicador
del tiempo que podemos perder si no lo tomamos
justo cuando pasa,
y todos sabemos que a nadie le gusta perder el tiempo...

Aunque siempre está ese
que camina hacia la parada mirando el celular
y cuando se da cuenta, cuando levanta la vista,
ya es tarde.
escrito en Abr./2016 aprox.

lunes, 18 de julio de 2016

Línea 9

Y te reís, porque no te queda otra, porque te rompe las guindas llorar y terminar con los ojos hinchados (no hay ganas de usar maquillaje).
Y te preguntás, que por qué el viento, que por qué los bichos, que por qué siempre falta tiempo, que por qué la gente se conforma tanto.
Las respuestas se mezclan y te ensombrecés, como con miedo, como con timidez, como con terror al sol.

Pero después, ves el parque, los pajaritos, y él te da la mano.
Listo.
escrito en Sep./2015 aprox.

martes, 12 de julio de 2016

Destilándome

Sacándome tus restos
lo que ha quedado, que no debería.
Son invisibles los deshechos,
pero despacio
voy destilándome
de tus cosas
de tus vicios
ya que parecía limpia,
pero no lo estaba.

Ahora tengo la misma transparencia
pero no tengo
tus sucios preludios
estoy descontaminada de vos
y de tus mareos..
por suerte, por un poco de suerte
te evaporaste antes de que te volvieras
mi esencia.
escrito en Oct./2010 aprox.

lunes, 11 de julio de 2016

Inicio

Los lunes huelen a sepulcro,
o huelen quizás como ese perfume que me descompone en el colectivo.
Tienen el inconsciente "empezar"
el evento inicial que desencadena la semana
en verde y sin atajos
para que levantarse de la cama
tenga más de obligación que de gusto.
Porque los lunes también huelen a comienzo
y a ese olor le tenemos miedo todos.
escrito en Mar./2016 aprox.

sábado, 9 de julio de 2016

Posiblemente lo imposible

para L.S.
Posiblemente nos vayamos a charlar por la costanera correntina
y nos una un cable elástico e invisible, que nunca se corte y nos haga siameses.
Posiblemente sonriamos al recordar las historias, tantas historias,
metidas en nuestras cabecitas insólitas y solemnes;
posiblemente volvamos somnolientos, callados, recostados uno sobre el otro
y durmamos tranquilos después de sopitas, caricias, enredos.
Quizás, tal vez, nada de eso suceda
quizás en un chaco austral o en pleno obelisco las quimeras desaparezcan,
porque sé que todo es posible.
El beso en el agua,
la ternura que me da verte dormido,
la muerte de las plantas,
los brownies,
el Paseo Colón que caminé varias veces,
los nervios,
las interminables lluvias grises. Todo es posible, ya ves.

Seguramente lo imposible esté escrito en nuestras huellas
para reinventarlo como posible, como oportuno, por nosotros.
Posiblemente nos olvidemos de muchas cosas, pero nunca de la primera vez
de aquel sendero, de aquella luna, de aquellos "nosotros"
que no se imaginaban jamás esto, ni por cerca.
Posiblemente nos falten agallas o nos sobren miedos,
posiblemente nos encontremos varias veces desahuciados
y ahí sí
que yo te voy a gritar
muy despacito, que vivas.
Posiblemente esté a tu lado, día y noche, aún no estando,
y te mire con los ojos cerrados y los párpados llenos de ansiedad.
Posiblemente, los abra, y te encuentre cocinando
o hablando
o buscando
quién sabe qué cosa.
Posiblemente todo sea un sueño, líquido y transparente, sincero y orate.
Posiblemente nos equivoquemos y nos retemos a más desafíos
porque sí,
porque nada tiene por qué ser predecible,
porque quiero que nuestro amor sea una caída en parapente,
una escalada al Everest,
eso quiero,
porque posiblemente me quiero morir sabiendo
que nada desperdicié
ni siquiera el hecho de sentir la adrenalina
de soñar con imposibles, y todo el tiempo
querer cumplirlos.
escrito en Ago./2015 aprox.

viernes, 8 de julio de 2016

Cierto, pero, invierno, pierdo

Imposible de pronosticar
convaleciente deseo
acá estamos, vos y yo y la venganza,
(los tres nos miramos anonadados).
Imposible de pronosticar
y te quiero a hondazos;
el arco iris está lleno de cofres ausentes
y te quiero a hondazos
de esos que matan pajaritos.
Imposible de pronosticar,
no quiero ser un volcán,
no quiero tampoco ser un método.
Quiero la paz del agua cayendo
nada más.
Pero soy imposible de pronosticar.
Sos imposible de pronosticar.
escrito en Jun./2016

martes, 5 de julio de 2016

Clímax espiritual

La satisfacción de una nota musical, el agua de lluvia serpenteante,
el cosmos que besamos cuando nos besamos.
La fiebre de la vida apurada que no es vida.
Todo eso junto, y más
en un mismo día.
Pero llega luego un momento,
preludio del éxtasis
la charla que acompaña al vino (y no al revés)
la búsqueda
esa búsqueda interminable,
donde ninguna pregunta reclama respuesta,
donde el hilo conductor se rompe,
y sólo contamos con una ventana,
un par de medias puestas en las piernas desnudas,
una lista interminable de pensamientos pacíficos
y la conciencia (fina, limpia, exacta)
de que somos lo que queremos ser.
escrito en Jul./2016

lunes, 4 de julio de 2016

Enitsuj

Creeme que se acuerda,
creeme que no fue una pendejada, que se acuerda, de todo se acuerda.
Creeme
que a veces se pone a juntar hojas secas
que salta rayuelas y la soga aún en momentos donde no se siente más que una niña
creeme que remonta barriletes alguna que otra vez,
que no fue mentira
que ella no es mentira
que existió
y que, aún hoy, sueña con una flor naranja
y no sabe bien por qué.

Creeme que se pierde a veces,
y se sienta a perpetuarse en letras borrosas.
Creeme que sigue jugando: tira palabras como piedras
y las convierte en algo
que quiere decir.
Creeme que tiene ganas de mostrártelas pero luego
se resiste.

Creeme que recuerda casi sin esfuerzo
las mañanas invernales en las cuales repartía volantes
y recibía mensajes con letras de canciones o
un simple anhelo de una historia nueva
en la caja enferma despachadora de mensajes de una red social.

Creeme que le brillan los ojos
y le pica todo el cuerpo
cuando siente ganas de que suene Fuji lejos...
y un Dylan impermeable le abre la puerta
hacia un más allá insondable
que nunca dejó de conocer;
a un lugar donde nunca dejó de ir.
Creeme que sonríe, y lee,
creeme que cree en los duendes y en la bohemia,
creeme que se reencontró con su espejo,
creeme que no se robó abalorios más que para regalarlos.

Creeme que llueve
sobre ella
como un octubre plateado
ya pasado
donde se rockeó todo
hasta el hartazgo
y se hundió en un pantano,
quizás, el más peligroso de su vida.

Creeme que tuvo deslices;
se sumergió en el vino picado y tenebroso
creeme que fue y no volvió de a ratos,
pero fue.

Creeme que es todavía.
escrito en Oct./2015 aprox.

viernes, 1 de julio de 2016

La permanencia

Vivimos ansiosos por rascar
la cascarita que no cicatrizó del todo,
peleamos la crueldad con la violencia
que criticamos,
nos cuesta la coherencia de las opiniones
con los años.
En nuestros genes, el cambiar,
en nuestro reloj, el no poder retroceder,
en la planta baja de nuestra carne,
el sismo de influencias.
Nos enseñaron a caminar al poco tiempo de nacer,
nunca nos enseñaron a caer
y eso que caer es más fácil de aprender
que todo lo demás.

Cargamos un legado, muchas veces incorporado
en un modelo mental absurdo,
y no creemos en nada más que en eso.
¿Podemos separarnos de la construcción eterna
que nos tatuaron en la espalda?
¿Por qué no aceptamos lo diferente
desde el vamos?

Nos atribuyen el miedo a rompernos
pero no, no es ese el miedo;
no tenemos miedo a que podamos rompernos
sino
a no dejar de sentirnos rotos.
escrito en Mar./2016 aprox.