sábado, 25 de marzo de 2017

Verborragia sideral

Parece invierno.
Llovió todo el día, y no tuve tus piernas entre las mías.
Posta.
Soñé algo que me hizo reír, pero dormí para la mierda.
Por ende, me duele el cuello.
Me voy por las ramas, prendo la compu, deletreo,
miro el reloj, trato de estudiar,
posta, trato.
Parece de noche, pero son las cuatro de la tarde.
Me angustian las moscas,
y como ya debés saber, soy a la sombra de esta coraza
una imbécil.
Pero viste que las corazas esconden lo más sensible
dentro.
Soy sensible.
Y hoy parece que lo soy particularmente
con más intensidad.
¿Vos sabés que flasheo con que me van a asaltar,
me van a pegar un balazo en la cabeza
y me pongo a paranoiquear como una bestia?
Flasheo cosas, posta. Boludeces.
Y me siento un poco loca.
Ahora bien, te necesito
pero no como uno necesita apagar la luz para dormir, no.
Te necesito como se necesita un disco de Mercury Rev
para largarse a llorar. Así,
te necesito como un insomnio necesita de mí
para escribir.
Pero las cosas no son tan fáciles de solucionar, ¿verdad?
Se ensucian con los días, se apilan de mugre.
Y uno cuando limpia, levanta polvo y estornuda, y…
Molesta mucho.
Posta que molesta.
Pero viste lo lindo que queda finalmente.
Y uno se sienta felizmente a contemplarlo,
a contemplar una pocilga con olor a sahumerios
y perfume
aunque eso no dure más que un rato.
¿Te diste cuenta que cuando uno se limpia de rencores,
pasa lo mismo?
El camino molesta,
pero
¿qué tal si nos terminamos contemplando
con total felicidad?
Posta.
Posta que lo pienso.
Parece una utopía
pero la aplicación de la limpieza no rige sólo para los pisos, los baños
y los platos,
rige para mi alma, y la tuya.
Posta.
escrito en Mar./2016 aprox.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Lepidóptera

En la constante metamorfosis
dentro de mi crisálida
me deshago y me inundo,
me aferro y me suelto.
Inhibo mis cortejos pues lo que nace
en mí
tan de a poco
son alas.
Y el ensueño me protege del deseo
de volar.

Cuando ese momento llegue,
e invierta mi mañana libando néctar,
seré colores
en alas
mártires y volátiles
como mi vida.
escrito en Feb./2017 aprox.

viernes, 17 de marzo de 2017

La mano izquierda


la suave, la tierna, como un alfajor de algodón, como un colchón minúsculo, como un cuenco portador de savia

tu mano izquierda

nuestro salto

mi corazón, ahí

escrito el 16/Mar./2017

jueves, 16 de marzo de 2017

La madre de todos los silencios

Me río irónicamente con la soledad;
ella es partidaria del patetismo
que envuelve algunas de mis noches
y le es inevitablemente gracioso
verme sangrar.
En el dos por dos que guarda
este caos perenne
visualiza el quiebre, la pelea,
la miopía, de mi voz y de mis pieles.
Incalculable ceguera, mula tonta,
vestida de azar, convencida de sed,
la soledad exprime mis sentimentalismos,
acude a mis fantasmas,
sortea los rezos, sostiene en lo alto
mi suerte para que yo salte desesperada
queriendo atraparla sin resultado.
Me dice ruina, me apellida espanto.
En posición fetal me duerme,
finalmente me cobija, como una madre
(la madre de todos los silencios)
y me envía en un tren a recorrer
el abismo gris de las ausencias
que a veces son un triunfo (como pronuncia Cortázar)
y otras veces son un puntazo en la sien
que me recuerda el dolor de los aguijones
en el instante primero del ataque.
escrito en Feb./2017 aprox.

jueves, 9 de marzo de 2017

Impartida

Impartida, la mañana parece vibrar
en una sintonía diferente al ayer,
las percepciones varían como varían las nubes,
y en esa mutación encuentro mi nombre.
"Sabes el nombre que te dieron
pero no sabes el nombre que tienes",
aclama Saramago en nombre de otro,
y me recuerdo hace poco, y me recuerdo hace mucho,
y cómo ha cambiado también la soledad y el hastío
en todos los mientras tanto.
Allí me quedo, en pocos minutos, en una claridad
de día, inmensa y sencilla,
me quedo en ese punto inexistente
que es preludio y consecuencia del viaje mental
que concede recuerdos vívidos,
me quedo en el cementerio de mis párpados
imbécil
mirando la nada pero observando todo
(fenómenos para admirar del cerebro humano, ciertamente).
Me quedo dilucidando mi nombre,
sin querer tomarlo ciegamente,
con un poco de recelo ante la novedad,
sin querer tampoco abandonarlo ni perderlo,
procesándolo como a un disco nuevo,
sin querer olvidarlo ni adjudicármelo
tan rápido.
En ese histeriqueo ensoñado de la búsqueda
nace la siguiente mutación
y me apuro entonces a tomar lo que queda de mí,
a sumarle mis restos a la desidia,
a recomponer mis lados,
y a colocar las manos abiertas y unidas en el aire
para calzar mi nombre y lavarme la cara con él,
decirlo despacio y también a los gritos
para saber quién soy y quién no soy
y luego, dejarlo ir, dejarlo ser
como una palabra más, como una palabra jamás escrita
o como una conjunción sin etimología
o con muchas etimologías fusionadas a la vez,
un yo sin origen más que la vida,
una vida que muta sin origen más que el propio cambio,
una suerte de mañana como ésta, pero primitiva
donde ya no importa el nombre que me asignes;
sólo importa que me llames.
escrito el 24/Feb./2017

lunes, 6 de marzo de 2017

Nací para ser azul

tengo los ojos llenos
los dedos llenos
los pies llenos
los oídos llenos
los cabellos llenos
los días llenos
los inviernos llenos
los cristales llenos
los libros llenos
los sueños llenos
los atardeceres llenos

y en un vendaval de tinta negra
y viejas utopías,
el vacío perpetuándose
escrito en Feb./2017 aprox.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Mentalmenteenmimente

Y hay un payaso en la peatonal que está ahí desde hace un montón de años
un montón de años de gente
pareciendo con esos largos zapatos de payaso un circo en sí mismo
contribuyendo eternamente a la globología callejera
mientras vos y yo estamos mentalmenteenmimente
en un sólo frente de batalla con todo el resto del circo del otro lado
y nadie entiende nada
lo explicaría pero sé que no entenderían nada, y me agrada tanto que nadie lo entienda,
mientras que la ley de Coulomb se sigue cumpliendo en la Física
y mientras el logaritmo neperiano de uno sigue siendo cero.
Mientras que todo suele suceder según la causa-consecuencia que nos han insertado
en el momento de nacer, como un tiro en la cabeza
y que estoy segura que no siempre es así.
Porque no es una consecuencia de alguna causa que el payaso me traiga imágenes de ayer en un espejismo.
Tampoco es consecuencia de alguna causa que los demás no entiendan; yo lo llamo simplemente, felicidad.
Hurra, nadie lo entiende.
Y hay un archivo en el esquinero que se está llenando de humedad
de cosas para hacer, cosas por leer, cosas por olvidar, tiempos pasados en un incendio temporal de los segundos que quién sabe quién maneja, o que es inmanejable…
Se supone que el payaso, el matemático que calcula el logaritmo neperiano o vos, cualquiera,
pueden saber lo que es el aire, lo que es el amor,
o lo que es un puente elevador al último unicornio parado en la nube decimoquinta de un cielo otoñal.
Pero la cuestión es si el payaso, el matemático o vos se ponen a pensar en ello.
En si el puente elevador llevará realmente a alguien a esa nube un martes cualquiera.
Vale la pena preguntárselo, mientras se adquiere un globo en forma de conejo proveniente del arte del payaso.
Mentalmenteenmimente, con una superior diferencia, vamos ganando la batalla.
escrito en May./2013 aprox.