incitaran una migraña ácida llena de calor
y las diez cuadras esas en pleno asfalto
serruchan las respiraciones.
Es mediodía,
y hace mucho no escribo poesía,
hace mucho que no soy ni la P de poesía
y sin embargo hoy,
hoy...
El sol me duele tanto que
dibuja rayones inmensos en los poros, sacude el sudor
y lo exprime y, mientras tanto
en mi remera mojada se asienta la respiración cansada,
en mis oídos canta la voz llena de whisky fuerte
de un Tom Waits que tapa el sonido de coches y bocinas,
en mis manos cuelgan los dedos
marcando los tiempos que escucho
y en mis pies llega desfasado el hambriento caminar,
el mismo hambriento caminar de todos los días.
escrito el 12/Nov./2015
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