sábado, 26 de noviembre de 2016

La despedida

Alguna vez soñé con vivir en una casa que tuviera balcón.
Claramente, este mono-ambiente no es absolutamente nada que alguien pueda soñar.
Pero tiene balcón
el balcón tiene una vista
la vista tiene un cardumen de edificios
el cardumen tiene alturas irregulares
las alturas irregulares tienen de trasfondo un cielo
el cielo tiene una luna
y la luna, una luz reflectora.
La luz reflectora tiene aureolas
y las aureolas, mis ojos.

Alguna vez soñé con tener ojos que vieran aureolas.
escrito en Nov./2016

miércoles, 23 de noviembre de 2016

European son

Mientras la mosca refriega sus patas en la ventana
yo le cuento un cuento en nuestra pieza
que para este entonces está más caótica y perturbada
que European son
y se queda dormido encima mío,
mis piernas abiertas me duelen
pero lo dejo
porque Tom Waits nos susurra desde su vaso de whisky
y él no sabe lo que eso
y vos no sabés lo que es eso.
Mi hombro derecho
percibe la pesadez de su mentón
mientras mis manos dibujan espirales y firuletes
en su espalda.
Eso cuentan las yemas
y él no sabe lo que es eso
y nadie sabe lo que es eso.
Pero en nombre de ellas
y en nombre de las terminaciones nerviosas,
en nombre de toda la poesía que conocí en este mundo,
juro
que vi todo el cielo por acá.
escrito en Nov./2015 aprox.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Carpo y llagas

En la noche cerrada y oscura me da la bienvenida un bar negro y pintarrajeado con Quién baja la pala y yo, con quince años momentáneos, bailo un poco y canto. Se empiezan a destapar las cervezas con sus duendes burbujeantes dentro, mirándonos alegremente desde el interior del vidrio, mientras ahora Time fate love parece retorcerme de a poquito el hígado, los intestinos, el estómago y los ovarios de tanta hermosura. Una secuencia literalmente mágica de canciones que se agolpan (y que, además, suenan enteras), va tejiendo mi noche nueva-noche-mejor, porque cuando luego el Indio aparece con la estilográfica frase “Un día después, después de vos, crucé los dedos”, todo se empieza a zambullir con todo, somos amigos, vientos, ceniceros, indecentes infantes en la sociedad enferma gritando rock. Urdiendo rock. Demandando rock.
Se hace de día durante un segundo cuando un acorde agudo penetra en el tímpano; después, noche de nuevo, hacemos gárgaras con lo que quede de nosotros, inventando brazos para agitar un poco, inventando pies para saltarlos, inventándonos para ser. Crua chaaaaaaan, gritamos como imbéciles, felices imbéciles. Y ninguna risa se mezquina, ninguna sonrisa tiene dueño, todos somos uno, no se mezquina nada porque no hay mezquinos.
Y porque podemos elucubrar vacíos enormes repletos de adrenalina, y en cada salto una nueva meta, reticular, que se abre paso ante los parlantes. Todo va siendo como es, inmenso, y yo, con mi ansiosa cara de mueca alegre, me aprecio el valor un momento, y grito ¡Sueña un sueño imposible!, porque todos los sueños son en realidad imposibles, porque mientras sean sueños, eso son, imposibilidad, flagelo, miedo, placer.
Pienso… en qué planeta cabrían tantas historias juntas encerraditas en una sola noche. ¿En el mío? ¿En el de todos? Por eso chocamos, por eso los planetas chocan, y hasta algunas veces además se alinean. En la noche que me da la bienvenida con este combo de suertes, me planto en una sola rama: la de la música. Sí, soy espanto, soy viento, soy lágrima, soy juvenil ancianidad, soy todos mis sueños imposibles, y la vibración, esa vibración que me pone la piel de pollo, la cabeza de giros.
El disfrute en la piel.
escrito en Nov./2014 aprox.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Cortes

Los días son tristes
cuando debajo de la almohada
no encuentro lo que imaginé
antes semidormida.

Te paso a contar:
los días son hermosos
cuando encuentro en mis oídos
melodías con tambores.
La tienda de ropa
de enfrente de casa
hoy presenta sus maniquíes
mirando fijo a la nada.

Y yo te paso a contar
que así lo vi una vez
mirando la nada justamente.
Y no lo concebí
la vez aquella.
Solamente me di vuelta,
me fui.

Te paso a contar:
fueron procesos necesarios,
cosas que fui inventando,
cosas que hay que pasar.
Corte de cordones umbilicales
almohadas sin imágenes,
y melodías sin tambores,
mientras, durante.

Te paso a contar:
Todo eso fue necesario
para volverme clara,
querido amigo.
Para reírme de todas las situaciones
y para no ser un maniquí.

Te paso a contar:
hoy estoy de nuevo, lista para seguir.
escrito en Mar./2012 aprox.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Fermento y mundo

El mundo entero cabe en un vaso de cerveza.


Cuando todo se termina, siempre queda un rastro de espuma
pegado en el vaso.

Eso es el olvido.
escrito el 01/Oct./2016

jueves, 10 de noviembre de 2016

Bomba de tiempo

Ya no me queda resto;
el módulo insolente da vacío
el insomnio de las letras
ya no me recuerdan cómo escribir.
Y acá estoy, como una bomba de tiempo
pero que ya explotó
y que busca la vuelta
mira sus ojos, se marea,
prueba la sal de la salsa.
Busca.

Ya no me queda resto;
los días se volvieron insulsos
pero no es que yo quiera eso.
Los procesos derivan en cambios,
los cambios son necesarios,
las necesidades son imprescindibles.
Pero el error es pensar
que las necesidades propias
a los demás han de importarle.

Juego al truco con mi almohada;
casi siempre me gana con el ancho
y después duermo con miedo
como si al otro día
se levantara de mí otra cosa
no yo
no yo sino una bomba-de-tiempo
otra vez descontando
la próxima explosión.

¿Y si todo fuera distinto un día?
¿Y si ya no necesitara buscar entre los restos?

Porque ya no me queda resto;
nada vívido se asoma a darme una mano
tengo miedo
pero sueño
que se corta el cable
se apaga la bomba
se disuelve
no llega al ¡pum!,
no alcanza a romper todo a su alrededor.

Porque ya no me queda resto;
y no sé qué hay después del salto
pero cuando me asome a ver
y me vea a mí,
y no a una bomba de tiempo
puede que no extrañe para nada la pólvora,
ahora extirpada en el aire
vacía de cambio
inerte en el cemento
luego de la explosión;
yo exiliada y renacida.
escrito en May./2014 aprox.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Conclusión

Adornarte con palabras es lo único que me sale,
no sé adornarte con otras cosas,
ni con firuletes ni con banderas ni con trajes.
Ni siquiera sé abrazarte.

Pero con palabras puedo todo.

Incluso reescribirte.
escrito en Oct./2013 aprox.

martes, 8 de noviembre de 2016

Resulta

Resulta que no hay poetas sin depresiones, camas sin sexo, bestias sin garras, búsqueda sin decepciones, sueños sin absurdos, música sin sonidos, hastío sin pena.
Resulta que no se pueden presumir los miedos: aparecen y ya.
Resulta que bastan besos para demorar el veneno del amor temido que no se contenta con simplemente manifestarse, sino también corromper, asquear y robar. Y doler. Y saciar.
Resulta que no hay poder sin dinero, ni dinero sin poder.
Resulta que las leyes no son leyes si no se las viola alguna vez, y no existís ni existo para siquiera saberlas. Asimismo, violémoslas primero y corramos después.
Resulta que las mentes son espacios de mezcladas conclusiones, automáticas, inteligentes o no, vomitadas del pensar, del saber, del sentir; o en otros casos, del ignorar.
Resulta que no hay cuadros sin pintores, ni pintores sin musas.
Resulta que todo resulta incorregible, tan irremediablemente soberbio, tan atroz, que vale volcarse al abismo de siempre, el que resulta perverso pero único entre ausentes opciones, ese abismo en el que a veces puede que resulten... cosas buenas.
escrito en Ago./2009 aprox.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Mental

(y centri-fuga)

Encuentro una calesita,
entro y salgo,
subo y bajo.
La calesita se rompe de tanto girar.
¿Querés dar una vuelta en calesita rota?
¿Te gustaría montar caballos
inmóviles que circundan?
¿Querés dar una vuelta en calesita rota?
¿Y saludar a los de afuera
como saludan los niños felices?
escrito en Dic./2013 aprox.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Nueva noche

Me gusta, porque me hizo escribir. Salí afuera, en el leve fresco de la noche, y me puse a ver las cosas que están encima de las cosas que están encima de las cosas que están encima de…
Hay una luz de frente, que me hace achinar un poco los ojos cuando la miro; está prendida todo el día, no sé por qué, y seguramente lo voy a preguntar (siempre me acuerdo de no olvidarme de preguntar todo…).
Me gusta. El murito donde estoy recostada es áspero, rugoso en mis codos, y yo respiro como si fuera cansancio pero sólo es un poco de fin de año entre mis átomos.
Diciembre. Me gusta, porque me hace escribir.
Y mientras tanto, finito, grave, lejano, suena Lou Reed desde dentro, do dodo dodo do-do-do do dodo dodo do-do-do, canto (cuando se me canta, yo canto, dice una canción) y respiro nuevamente.
Ey, gatito, ¿tenés hambre? Me mira fijo y se va, como diciendo quién es ésta.
Che gatito, recién llegué, pero te cuento algo: me encanta escribir.

Salí afuera, porque afuera es el todo, adentro es la cueva, la cerrada cantata; el codito, la esquina, de mis pensamientos, donde encuentro de todo: ideas, ganas, metas. Entonces, creo que por eso, salí afuera; para salir un rato de mí. Y después miré con detenimiento la escalera, el tipo entrando a su departamento, las mil ventanas en lo alto de un edificio que, calculo, quedará a tres cuadras de acá. Y algo fluyó, algo pasó, algo se fue y vino como humo, y la rugosidad y el gatito y el asombro y la cueva y Lou Reed, y todo, todo, me fue gustando…

Sí, me gusta. Porque me hace escribir.
escrito en Dic./2014 aprox.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Pero hoy ni siquiera

Allanamiento de siesta
la fiebre colateral de la maceta mira fijo la ventana
un grito enfermo aparece y reaparece desde el otro lado
de la pared
el foco sufre la paranoia del sol arremetiendo la nada
y a mí me gusta mirar las partículas de polvo en el aire volando fiel y paciente-mente
en el rayo
pero hoy no
pero hoy menos
pero hoy, ni siquiera.

Allanamiento de siesta;
dije fiebre dije grito dije enfermo dije nada.

Los pálidos policías de la psiquis
no llaman en la puerta, directamente la destruyen
entran
revuelven todo lo que hay dentro
escupen
tiran, destrozan
buscan algo que no sé qué es
y después se retiran, incómodos.
Allanamiento de siesta.
escrito el 29/Sep./2016