miércoles, 31 de mayo de 2017

Un sueño de manifiestos

Salvaje en una distancia atroz
zumbando oídos y odios ajenos
se encuentra el sempiterno desvío de una ensoñación carnívora
que nos atrae y nos repele, como un mantra negativo.
Crecer es horrendo, hay cosas mejores siempre.
Vomitar el aprendizaje y suprimir el desconcierto
funcionan como placebo cuando la tristeza abunda.
No lloremos ni recemos, nos basta con solo cruzar los dedos,
cruzar los cambios, cruzar las cruces.
En las espaldas, el abismo y el mar,
uno estando ahí sólo debe elegir.
Después, que el odio se disuelva, que lo agrio se disuelva,
que el cráneo reviente en un rayo de tormenta
y que nadie nos obligue a reconstruir nuestras partes
ni a seguir, ni a crear
si no lo hacemos con las venas ardiendo.
escrito el 12/May./2017

martes, 30 de mayo de 2017

Invitación

Voy a fecundar este día en mi propia mano
te invito a que te desnudes mientras
siembro las plantas que nos darán de comer,
al girar y volver te veré colorido
envuelto en auras brillantes y con el cuerpo alado
me sentaré en tu extensa falda que será tan extensa
como el mismo universo
y te contaré, uno a uno, los secretos de la luna.
A medida que nos vayamos desintegrando en el caos de la galaxia,
usaremos la alquimia para transformar cada gemido nuestro en oro.
En otras dimensiones del espacio
estaremos sin atarnos pero entregados con el alma
comeremos los frutos y seduciremos al tiempo
y nunca, nunca más, volveremos a vestirnos.
escrito en Abr./2017 aprox.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Todos tenemos un día de secar servilletas húmedas

Todos tenemos un día en el que se caen los espejos
y amanece nuestra mente retorciéndose como un hada con dolor de ovarios.
Todos tenemos un día de serpientes enrolladas al lado de la cama
que cuando las pisamos sin querer nos muerden y nos confieren
el trance de la mirada perdida en un puntito gris de la pared,
en el que las calculadoras revientan sus funciones
y los alcauciles derraman sus fractales en la mesa,
en el que las canciones suenan insípidas porque el sonido
se hace sólido como una piedra de mármol
y deja de vibrar el pentagrama cósmico que nos une.
Todos tenemos un día de santiguarnos con el patetismo.
Todos tenemos un día de abducción con tintes psicóticos,
de tareas engorrosas para realizar cosas tan simples
como comer, dormir o mirar los emails que llegan atemporales.
Todos tenemos un día que parece un año, y es más,
todos tenemos un día que parece un otoño entero resbalándose en mil veranos.
Todos tenemos un día claustrofóbico, en el que necesitamos abrirnos la piel
porque nos ahoga,
en el que nos nacen callos y hongos
en el que nos sentimos peces muertos en un pozo de arena
en el que nos aburren los árboles y los changuitos del supermercado.
Todos tenemos un día continente, lleno de resortes rotos,
todos tenemos un día elástico como la pereza desperezándose
pero muerto como televisor, absurdo como servilletas de bar
y cansados como bolígrafos de poeta.
Todos tenemos un día desgarrado por los pies, pandeado
vencido y procesado como jugo artificial,
pausado, ralentizado, venenoso y lúgubre que nos plantea teoremas neuróticos
y algún que otro miedo al azar.
Todos tenemos un día Pink imaginando gusanos metafóricos,
todos tenemos un día Goodbye Blue Sky,
todos tenemos un día no tengo señal,
todos tenemos un día ciego,
helado,
arroba,
punto com,
reacción de facebook me entristece,
calesita rota,
y ruegos
y ruegos
y ruegos.
escrito el 24/May./2017

martes, 16 de mayo de 2017

Aplicaciones del insomnio

Me hubiera ido a dormir
mascullando las palabras
hiriendo el anochecer con creces
total la almohada es sorda
la sábana es indiferente
y el colchón es tan solitario
como yo en esta noche.

Me hubiera ido a dormir
antes que soportar los grillos
antes que extrañar la orilla
de arena mojada que pisaríamos
si fuese
otro lugar, otro día
otro encuentro transitado.

Me hubiera ido a dormir
palpitando nuevos latidos
de incertidumbre atiborrada de cerebros
que se funden en una idea tosca
pero dormir al fin
dormir sintiendo que el sueño
vence cualquier barrera gris.

Me hubiera ido a dormir
respirando hondo una historia
contestando mis súplicas
sobre tu paz
sobre tu vida
sobre tu llegada tan celebrada
sobre vos, directamente.

Me hubiera ido a dormir
cerrando los ojos lentamente
quedando muerta en el instante
tan muerta como viva
tan corazón rápido en estas circunstancias...
que dormir sería
un olvido precipitado.

Me hubiera ido a dormir
que se hizo tan tarde
en las horas tictac, en las agujas
que no dejan ningún silencio limpio,
lamiendo las leyendas
de los que nos dejamos sobornar
por el amor.

Pero en cambio me quedé despierta
en la penumbra de mis propios ojos
en el desierto de mis ojeras
en la sinfonía inexistente
de las palabras que no escucho
de los deseos que me cubren
de las explosiones cotidianas

de las soledades internas
de las risas incalculables
de las preguntas incorrectas
de los presentes acorralados
ante tanto pasado
ante el miedo
de sentir todo esto en los huesos.
escrito en Mar./2013 aprox.

lunes, 15 de mayo de 2017

La no sana costumbre

Sigo sin saber
y sin querer saber quizás
qué imagen te devuelvo,
qué imagen proyecto en vos
y qué risa te causo cuando no estoy.
Sigo sin saber si lo que presiento
son muecas de falsedad
cuando en realidad, todo es verdadero
hasta que no me lo creo más.
Soy tan común cuando hablo
no entiendo por qué no puedo
hablar como escribo a veces
porque escribiendo, todo parece más fácil,
como contar o tratar de contar
este tornado de cosas esfumadas.
El tic tac incansable,
la no sana costumbre
de decir "no habrá próxima"
justo antes de meter la pata
por enésima vez.
escrito en Abr./2012 aprox.

sábado, 13 de mayo de 2017

Manojo de átomos

Piso en cada lugar miles de átomos
                                   encontrados.
Yo soy un manojo de átomos
que te piensa.
Un manojo de llagas y de venas.
Un simple manojo.
Dos dueños de una misma cosa,
la simbiosis, sin ninguna crueldad, es lo único que tenemos.
Y los átomos.
Y cada átomo sus partículas,
tan teóricamente visibles
                                   en la nada.
Tan simples.
He vaciado una botella
de átomos de cerveza
en tal calle con algunos de los tuyos,
de tus átomos, digo.
Y bien, acá me ves, como siempre
como nunca,
sentada en el piso y leyendo y
escuchando Indian Summer
porque quiero, y listo.
Aunque vos no entiendas nada
no entiendas que las partículas
se accionan, y se vuelven locas
en cada paso, en cada vaso,
botella, calle, tarde, noche,
nube, y pisadas, luego, otra vez
                                     átomos
entrecerrados, juntos, abarrotados
simples.
Tan átomos como ellos mismos,
tan átomo en vos,
tan átomo vos en mí.
Tan simples nosotros
en nosotros mismos.
escrito en Jun./2011 aprox.