Llovió todo el día, y no tuve tus piernas entre las mías.
Posta.
Soñé algo que me hizo reír, pero dormí para la mierda.
Por ende, me duele el cuello.
Me voy por las ramas, prendo la compu, deletreo,
miro el reloj, trato de estudiar,
posta, trato.
Parece de noche, pero son las cuatro de la tarde.
Me angustian las moscas,
y como ya debés saber, soy a la sombra de esta coraza
una imbécil.
Pero viste que las corazas esconden lo más sensible
dentro.
Soy sensible.
Y hoy parece que lo soy particularmente
con más intensidad.
¿Vos sabés que flasheo con que me van a asaltar,
me van a pegar un balazo en la cabeza
y me pongo a paranoiquear como una bestia?
Flasheo cosas, posta. Boludeces.
Y me siento un poco loca.
Ahora bien, te necesito
pero no como uno necesita apagar la luz para dormir, no.
Te necesito como se necesita un disco de Mercury Rev
para largarse a llorar. Así,
te necesito como un insomnio necesita de mí
para escribir.
Pero las cosas no son tan fáciles de solucionar, ¿verdad?
Se ensucian con los días, se apilan de mugre.
Y uno cuando limpia, levanta polvo y estornuda, y…
Molesta mucho.
Posta que molesta.
Pero viste lo lindo que queda finalmente.
Y uno se sienta felizmente a contemplarlo,
a contemplar una pocilga con olor a sahumerios
y perfume
aunque eso no dure más que un rato.
¿Te diste cuenta que cuando uno se limpia de rencores,
pasa lo mismo?
El camino molesta,
pero
¿qué tal si nos terminamos contemplando
con total felicidad?
Posta.
Posta que lo pienso.
Parece una utopía
pero la aplicación de la limpieza no rige sólo para los pisos, los baños
y los platos,
rige para mi alma, y la tuya.
Posta.
escrito en Mar./2016 aprox.
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