lunes, 31 de julio de 2017

La asociatividad de las batallas

Una nueva de las que más aturden, una nueva batalla con balas de fuego se abre paso, lleva halcones furiosos, guerreros de espadas de madera. Esa es la nueva que me toca, una batalla con gloria remota, cepillos de dientes a kilómetros uno de otro, madurez pobre pero sensata, perturbación de los sentidos y de la concentración, perdición. Esa es la descripción correcta: perdición.
Una batalla cotidiana que se abre paso entre sonidos difíciles-distintos, claros oscuros, y regreso a la abstracción eterna. Bucles infinitos, ¡infinitos!, que se asocian entre sí y me mandan a matar.
No lo viví antes, o sí pero diferente, o tal vez no al fin. ¿Por qué? ¿Porque condicioné mi destino? ¿Porque tengo responsabilidad en la destrucción a la que recurre mi propia cotidianidad? ¿Porque simplemente me rodeo de todo lo que me lleva a esa misma batalla colosal, como masoquista quejándose y rogando más a la vez?
No sé, pero dejame con mis ocurrencias estúpidas y mis pensamientos turbadores mientras tanto, que las batallas mismas ya me quitan demasiado tiempo, demasiado, peleando sin ganar.
escrito en Abr./2014 aprox.

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