Ardemos en infamias, nos suponemos países,
ciudades, cementerios.
Planificamos todo, no cumplimos nada.
Regalamos semen, heridas, sangre.
Pero cuando estamos cara a cara, nos quedamos mudos
no somos nada porque las influencias nos aplastan.
Sin embargo, yo creo en la plenitud de nuestros ojos
al mirarnos felices entre sucias mejillas,
y mientras haya cervezas,
y mientras exista un bar oscuro donde pasen rock,
podemos ser héroes.
Te lo aseguro.
escrito en Sep./2015 aprox.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario