lunes, 26 de septiembre de 2016

Por fin

Amanecí en otra especie
con olores a sándalo, con fiebre en la piel.
Amanecí un día, embriagada,
dándome vueltas las nubes,
los sonidos,
las pestes,
doliéndome las entrañas un poco.
Me encegueció el sol pleno
pero también la nieve.
Es que amanecí de repente,
todavía feto,
todavía semilla,
todavía lúpulo.
Me estampillaron, con furia y sin piedad
en un escupitajo hacia la vida.
El alba serena me condujo
felizmente al cementerio
donde morían mis dudas.

Por fin.
escrito en Abr./2015 aprox.

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