culminé en la punta de mis pies,
miré a mi soledad, y sonreí
la musiquita me hizo feliz,
entonces fue que empecé a recolectar
las palabras tiradas en el piso
(que es algo así como recolectar pedazos de mí)
y me dispuse a escribir cosas que nadie comprendiera
y en lo absurdo, dibujarme
con un lápiz impreciso.
De a poco me evaporé,
me alejé de las cosas vivas
supe que el corazón es sólo un músculo sin secretos
y que los pies no pueden pesar más que el alma.
Liviandad
viaje
ad infinitum
como toda imposibilidad
así me siento.
escrito el 15/Ago./2016
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