A veces es un viaje nuevo, a veces un regreso, pero eso sí, siempre es un movimiento, siempre conmigo, un movimiento intenso que devora todo, el pasado reducido a la nada misma, el futuro que llegó hace rato y el presente que no existe y, sin embargo, lo siento como una mariposa a punto de morir, que está llena de colores, y que vuela y se reproduce y bebe néctar y se va y vuelve y aletea y jamás se pregunta qué hace la mierda en esa esquina sino que la convierte y le saca la esencia de mierda para ser un factor más improvisado en la maraña de cosas que nos rodean pero...ES. ES, como vos y como yo, llorando por un desconcierto de concierto que nunca más vivirá si creemos en las palabras y las melodías.
Y yo sé que vos creés. Y yo sé que yo creo. Sino, no estaríamos recordando a Rimbaud ni traduciendo a Lennon, ni llorando.
escrito en Mar./2017 aprox.
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