Calaveras mirando al cielo,
misterio constante, claroscuro de viento.
Caída libre y dimensión áurea,
en eso resultó la vida.
Contemplación acorde a los tiempos (que no son los que corren).
Caída libre pero no por eso mortal.
Allí está el secreto.
No basta con saberse cayendo,
hace falta la liviandad. Es nuestra única salida.
Si caemos pesados, la fuerza de gravedad
nos hace picadillo contra el suelo.
En cambio si somos livianos,
la caída no parece fatal
y se transforma en vuelo, como globo, como hoja, como bolsa de nylon, como pluma.
Caída libre igual a vuelo.
En eso resultó la vida.
escrito en Oct./2017 aprox.
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