un amor que me traspasa, me inunda,
chorrea sobre mi epidermis y se esparce
en cada cosa que toco y que hago.
Soy dueña de un amor elástico y expansivo
que licúa mis sentidos sin atormentarlos,
que crece cuando duermo y que se reproduce cuando beso,
cuando canto, cuando escribo, cuando cocino, cuando trabajo,
cuando abrazo, cuando escucho, cuando leo, cuando encuentro.
Soy dueña de un amor infinito, cuya sed es verdadera.
Soy dueña de un amor perenne y consciente, abierto a todas las posibilidades del universo,
existente en todos los planos y alado en la inmensidad,
que renace cada día con más vuelo y más fuerza.
Soy dueña de un amor que no me hace dueña de nada.
escrito en Sep./2017 aprox.
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