miércoles, 21 de junio de 2017

La muerte está echada

Hace un tiempo se recostó la muerte
del lado derecho de mi cama
casi cayendo, está echada,
la muerte enjuga mis ojos, sabe
los caminos que siguen las estrías
de mi espalda, bebe
los conjuros que expulso cada noche en cada sueño.
La muerte está echada, se relame
por cada segundo regalado al clímax, sangra
como un óvulo atardecido, llora
como un ojo cancelado por la verdad, asume
que es única y no sabe
que es muchas y que cada día
la vivo diferente al resto.
Está echada como serpiente alerta,
no me saca la mirada de encima,
a veces frecuenta mis alteraciones de consciencia, me divierte
hacerla perderse, matarse sola,
cubrirse con la nada y asombrarla con la vida,
sus hijos, los orgasmos, le rinden homenajes,
cada tanto, cada siempre, cada vez que explota el universo
y en otro plano, de repente, la encuentro
en uno de tus ojos vencidos
caliente, eterna y siempre nueva, gustando
de a sorbos tu vientre mojado luego,
absorta de luz, echada,
caída después de tanto andar.
escrito el 06/Jun./2017

martes, 13 de junio de 2017

Veinte leyes para la vida

Un buen día me pregunté qué es esencial para la vida, para que la vida sea más linda y menos laputamadrequéhagoyoacá. Bueno, salieron estas leyes para la vida que, según mi parecer, son sumamente necesarias y hasta de vida o muerte cumplirlas. Para no ser un muerto que respira, claro.

1) Convierta las pelotudeces de los demás (o los actos de los pelotudos) en sabios discernimientos para no ser ud. un pelotudo.
2) No sea chismoso/sa: ser chismoso crea fantasmas propios, aires de vieja resentida y arrugas tempranas.
3) Cambie de vez en cuando sus muebles de lugar, para que no se aburran los pobres y ud. crea que está viviendo en otra casa.
4) Camine frecuentemente hacia los mismos lugares pero cambiando de camino cada vez.
5) Fume una pipa y consiga un buen sillón para escuchar Jethro Tull (una vez por mes al menos).
6) Lea.
7) Escuche sus intuiciones aunque no crea mucho en ellas. Siga el 70% de sus intuiciones en sus decisiones.
8) No critique las maneras de vestirse de los otros...A nadie le importa qué tiene puesto el de enfrente a la hora de amar.
9) Perfume y ventile su casa, y póngale música.
10) Juegue cada tanto a la rayuela con y como un niño.
11) Métase sin dudar en el pogo de algún recital al menos una vez en su vida, si ya no lo hizo. Sino, hágalo de nuevo. Empuje y déjese empujar. Cante a gritos mientras. Salte.
12) Pinte un dibujo o un cuadro, aunque no sepa pintar.
13) Junte hojas de árboles durante un tiempo, y luego obsérvelas, compárelas y envídielas.
14) Baile tango mientras cocina, aunque no sepa bailarlo.
15) Use cartelitos para anotaciones importantes, recordatorios, etc., y péguelos con cinta en lugares estratégicos, como ser en la pava para el mate o en el reloj de pared.
16) Haga crucigramas todas las semanas. Agiliza la mente.
17) Tenga relaciones sexuales en la cama, en el sillón, en la mesa, en la ducha, en el auto, en sus pensamientos, etc., en todos los lugares que se le ocurra.
18) Admita sus debilidades y vulnerabilidades...frente a las personas correctas.
19) Tararee canciones mientras limpia, estudia, trabaja, despierta o va a dormir.
20) No se haga preguntas estúpidas a ud. mismo, del estilo "Cuál es el sentido de mi vida?", etc., porque pierde el tiempo al divino botón. Viva y punto.
escrito en Abr./2012 aprox.

lunes, 12 de junio de 2017

Mañana o pasado

Y entro acalorada a casa después de la caminata acompasada, digo “esto está muy cerrado” y me dispongo a llenarla de olor a sahumerio de sándalo, mientras abro a medias la ventana que da a la calle. Un par de libros que no se sienten menos ignorados que ayer porque los apuntes son más urgentes de leer. Y las estupideces del mundo. Toda esa combinación de elementos, a la vez y sin culpa de presentarse. El ruido, cállense por favor, por qué hablarán así de fuerte, y la tele con el volumen a más no poder. Así es, día a día, pero con calma, me acostumbro a la soledad de mi concentración.
Me resuena el “estás loca vos”, y pensar que me lo dicen así de mala manera, y pensar que a mí me suena a piropo, a cumplido, a “sí, y estoy orgullosa de ello”. Aromatizando con sahumerio las ganas de volverme inerte, “tráiganme una guitarra, un crucigrama o un poroto”, para dispersar mi ansiedad, enfermedad oscura y constante que se agolpa entre mi cerebelo día y noche, noche y día; en casos como éste, más aún. La siesta es para la gente la religión inmediata, la siesta para mí es la intención de la muerte de las cosas, es la búsqueda de algo, es gritar en silencio, es caer las lágrimas escuchando Mañana o pasado, pero shhh, que nadie cuente a nadie que he llorado con esa canción, es un secreto entre yo y yo. Es un secreto de esa muerte preparada pura y exclusivamente para la siesta. Sobre todo, para la siesta de lloviznas.
En cambio, por la noche es distinto. Mi ansiedad se refleja en otras cosas, los ruidos son más ajenos, ya no queda olor a sándalo, mi cabeza apoyada sobre la almohada advierte que le toca soñar despierta, y después sólo después, dormir. Esa es la manera que encontré por ahora para sobrevivir: imaginar todo antes de dormir. Es como una terapia, es MI religión inmediata, es fácil y hasta lo puedo lograr aunque vuelvan los ruidos que provienen de afuera. Porque todo pasa justamente por mi cabeza, rodeando la almohada, rodeando la cordura (“estás loca vos”), rodeando las últimas conciencias antes de ir a parar a la vía del onirismo que nos lleva quién sabe a dónde, entre imágenes confusas y absurdos símbolos, que llamamos “sueños”. Completamente desnuda de vergüenzas, es ahí donde me busco a mí misma, durante la noche antes de dormir. Y anhelo lograr lo que soñé despierta. Mañana o pasado. Mejor mañana, y con el pasado pisado, bien pisado.
Otro día es, ya soñé las cosas confusas sin sentido. Se volvieron repetición las cosas más simples, pero seguramente, lo que sueñe despierta esta noche será otra cosa totalmente distinta a la que soñé (pensé) ayer. Sólo serán repetición la cotidianeidad de la supervivencia, el entrar a casa después de un día ocupado, acalorada por la caminata acompasada y el pensar con el sahumerio en mano: “Esto está muy cerrado”.
escrito en May./2012 aprox.

domingo, 11 de junio de 2017

Ut canibus

Los canes, canibus, los ladradores del abismo,
los viejos y nuevos
movedores de colas, los manchados
y heridos, perpetrados y perpetuados
en dientes demoledores, infames hocicos,
nosotros, los sub-lobos, los cánidos cautivos,
casi sin domesticar, casi domesticados,
gruñendo la rama que nos tiraron lejos.

Partimos de un comienzo amputado
seguimos con el tiempo entre dientes, afilado
el hueso roído, la sed insaciable,
y morimos ya sin tiempo, sin raza, sin calle
sin sombra, sin colmillos,
renacimos, empezamos de nuevo, pelo a pelo
garra a garra.

Los canes, canibus, nosotros los perros
con la magia a cuesta y el aullido familiar
ese que nos transporta a la más potente vida sin amo
perros porque sí, animales
con el juego en la sangre, con el instinto por demás
creyendo
en la carne que devoramos, en el agua que nos deleita,
en la cucha que nos tocó, en la paz del río que atravesamos
a nado y contracorriente
nosotros, siempre en la lucha de conseguir comida
para el alma
nosotros los que vencemos
esa manía de temer si nos levantan la mano
con un cascote en el puño

sí que cascoteen
sí que nos quieran invadir
sí que nos puteen
sí que no nos comprendan
sí que nos quieran castrar
sí que nos impongan reglas
sí que nos quieran callar los ladridos
sí que nos hagan morir de hambre

porque nosotros, los perros, sólo necesitamos
el dolor inmerso en la existencia para unirnos aún más
necesitamos el miedo que arrastran cuando mordemos sus tobillos
y el grito perenne de la angustia que atraviesa
la noche, la luna, la ciencia del amor,
para sabernos más perros que antes, más canes-lobos-locos
más palabra gritada, más abrazo peludo
más oídos preparados, más ironía aceptada
para que la compañía en la jungla de cemento
se haga poesía.
escrito en Nov./2016 aprox.

sábado, 10 de junio de 2017

Estás ahí, constante

Aparecés de golpe, como siempre.
Me rodeás, vas y venís
¡y atormentás a mis oídos!.
Llegás con la única intención
de molestarme abiertamente.
No importa en cuál estación
ni circunstancia.
Estás ahí, constante. Lleno de mí.
Te odio cuando hacés eso
Te detesto. Y cuando te busco
Sabés como enconderte,
y te escondés nomás, te burlás de mí.
Pero yo sé que me necesitás, idiota.
(Yo sé que me necesitás idiota).
En el preciso instante,
donde vuelva a verte
donde vuelvas a rodearme
te voy a derribar de una buena vez…
mosquito hijo de puta.
escrito en May./2012 aprox.

miércoles, 7 de junio de 2017

Demasiadas preguntas

Principios de llanura, inconscientes
como todo sendero prehistórico al desierto.
Camino pisando el césped frío.
Mi sangre hace metástasis de calor y vibra.
Ningún puño nace vacío, ningún anhelo nace quebrado.
Resguardo la palabra entre los dedos,
no hay magia en ojos ciegos.
Me expando en círculos aleatorios hasta una guarida
que contiene todos los amuletos necesarios para continuar luego el camino.
No hay rostro cuando miro al espejo
y sin embargo, todo aquel que me mira sabe quien soy.
No hay piel cuando la quemo con fuego y sin embargo,
todo lo que toco se vuelve cicatriz en mí.
Me despierto en penumbras y en penumbras nado.
No sostengo ningún afán de mentirme en los reflejos.
Soy
como una bola de fuego que baila
en la superficie del agua.
Así de cínica es mi carne y así de imposible
mi búsqueda.
En cada rincón del mundo
planeo burlar la muerte.
Y aunque siempre pierdo, lo reintento
como el brote que renace de un árbol talado.
Mi objetivo es preciso:
vivir en un columpio vertiginoso y libre
que liquide desesperanzas y socorra voluntades.
A veces vuelvo a nadar en aguas imaginarias;
no fatalizo la muerte
pero ella me hace demasiadas preguntas.
escrito en Abr./2017 aprox.